Un sueño, una meta, estiramientos y mucha concentración vive día tras día María José Russo al entrar a un dojang. Es un escenario en el cual no valen las quejas, los sentimientos ni el dolor; es un lugar donde solo importan ella y sus metas.
María José Russo, nacida el 12 de noviembre de 2004, en la Ciudad de Panamá, es hija de una ortodoncista. Fue una niña llena de valores y de mucho amor por parte de su familia.
A los ocho años, su madre la ingresa en una academia de taekwondo a cargo del maestro Varo Barragán, con el fin de que su hija se divirtiera y supiera la importancia de este deporte; pero el resultado fue aún mejor. María José, Majo, comenzó en el arte marcial con muchas dificultades, pero jamás rindiéndose ante nada; al practicar de manera constante se dio cuenta de su gran pasión por ejecutar las formas o poomsae (secuencias de defensas y ataques). Se sentía segura de a dónde quería llegar.
Pero no todo fue sencillo. Debido a sus horarios deportivos y gustos, sufrió bullying durante su paso por la secundaria, lo que la afectó física y emocionalmente, sumergiéndose en una depresión profunda; pero con ayuda de su superheroína, su mamá, y de la mano del taekwondo, pudo levantarse para luchar y alcanzar sus objetivos de vida.
Majo obtuvo su cinturón negro el 21 de diciembre de 2019. Este logro fue su gran comienzo hacia las competencias nacionales e internacionales. En el 2020 se convirtió en atleta de alto rendimiento, impulsándose como una competidora mundial. Su primer combate fue en México, en la Copa Tabasco, donde adquirió un gran aprendizaje y dejó la bandera de Panamá en alto.
En 2021 consiguió incorporarse a la Selección Nacional de Poomsae Taekwondo, siendo una representante del país fuera de nuestras fronteras. Para 2022, Majo, queriendo mejorar sus técnicas, contactó a Ollin Medina, entrenadora profesional de poomsae, quien al ver su talento la aceptó como discípula, convirtiéndose en su entrenadora personal, y de paso, en su mejor amiga.
Ese mismo año, Majo buscó nuevos caminos y oportunidades. Entró a la academia del profesor Gaspar Peterson y creó un lazo con otra competidora, Ana Patricia Peña, quien también le brindó la preparación de primer nivel para sus futuras competencias en Puerto Rico, Colombia, República Dominicana y México, entre otros países.
Actualmente, María José sigue siendo una competidora nacional y a sus diecisiete años tiene una carrera inigualable gracias a sus sacrificios y al tener metas claras. Su gran objetivo es llegar a convertirse algún día en una campeona mundialista. De seguro lo va a lograr.