“Cristobalina La Grande”
La vida para la mujer no siempre es fácil, menos aún para una soñadora. En la historia, muchas han luchado para dejar una huella, y muchas han sido reconocidas mundialmente, aunque hay otras cuyas vivencias no han sido tan oídas, muchas veces por diversos factores que se escapan de sus manos. Tal es el caso de Cristobalina la Grande, quizás de las mejores poetas de las que nunca has escuchado.
Proveniente de la capital de Herrera, Chitré, donde pasó su niñez. Allí desde muy joven inició sus sueños de ser escritora y poetiza. Una vez adolescente llegó a la provincia de Panamá a emprender una vida capitalina en busca de trabajo y mejor porvenir. Fue arduo, empezó su vida laboral en la Caja de Seguro Social, donde laboró incontables años, pero nunca abandonó sus sueños como escritora.
Como madre tenía que acudir a las reuniones del colegio, donde daba a conocer sus dotes de declamadora. Su hijo, al pasar por el salón, notaba que a muchas personas se le escapaban las lágrimas al verla imterpretar sus poesías:
“Tu mamá es una gran poetiza”. Son palabras que, hasta el sol de hoy, han hecho sentir a ese hijo con mucha euforia.
Una vez, me senté a hablar con mi papá y le pregunté de los logros de mi abuela, pues yo sabía que era una gran artista. Y me sorprendió que incluso hoy el hijo de esa gran poeta recuerda con orgullo y como si fuera ayer aquellas presentaciones.
—Tu abuela se presentó una vez en la casa del periodista, aunque no me acuerdo de la ubicación —mencionó mi papá con una nostalgia que denotaba un atisbo de felicidad—. Sus poesías hacían al público compenetrarse con sus palabras y brotaban de ellos sentimientos.
—¿Pero, qué paso?
—Al terminar su exposición, se acercaban a ella muchas personas solicitando dónde podían comprar sus libros, que en esos momentos no se encontraban en el mercado.
—Pero si ella no llegó a publicar libros, ¿no?
—Bueno, uno de sus logros fue llegar a la televisión a exponerse como artista. Sin embargo, recuerdo que una vez me sorprendió pues había escrito un libro. Y no fue hasta que escuchó de un concurso en la radio donde solicitaban textos para un concurso artístico… Pero no aceptaron el libro, ya que no estaba orientado al concurso. Aun así, nunca se rindió y siguió luchando. Tu abuela hizo muchas presentaciones en la Caja de Seguro Social, donde sus compañeros del trabajo quedaban tan emocionados cuando escuchaban sus interpretaciones que siempre le decían al terminar: “Cristobalina, tú eres grande”, y fue tan repetitiva esa frase que nació el apodo Cristobalina, la Grande.
Un recuerdo poderoso fue cuando uno de sus nietos, mi hermano, la inmortalizó al crear una producción audiovisual que destacaba su gran talento. Así mostró a la mujer que, a pesar de sufrir con enfermedades, se revitalizaba cuando declamaba, porque sin duda alguna la poesía le daba fuerzas. Y ella le agradeció por hacerla cumplir su sueño: lucir como una gran poeta. Pero para mí, no había más grande poetiza que Cristobalina la Grande.
—Ya puedes empezar a hablar —avisa el camarógrafo.
Mi abuela se prepara para recitar, luciendo vencedora pese a las debilidades en su cuerpo. Y empieza así:
“Madre querida del alma, para ti mis inspiraciones, que Dios te colme de dicha y de muchas bendiciones…”
Miguel, tu texto es realmente fabuloso. Me encantó la elección del título y la aproximación que fuiste haciendo al personaje: primero hablas de una icono, luego cuentas que esa icono es panameña y después que esa icono panameña es tu abuela. Es genial. También me gustó que construiste diálogos, algo fundamental para una crónica.
Para hacer brillar este texto, te propondría algunos ajustes: es necesario que muestres el arte de tu abuela. Si le estás diciendo a tu lector que seguramente es una de las mejores poetisas de las que nunca ha oído hablar, debes dejarle ver por qué. Entonces, requeriría que entre el texto vayas agregando pedazos de dos o tres de sus poemas, que se conecten con tu narración.
Además, es importante agregar algunos detalles. ¿En qué año migró para la ciudad de Panamá? ¿A qué se dedicó en la Caja de Seguro Social? ¿Cuántos poemas escribió? Cuentas que cuando tu papá era niño, tu abuela recitaba poemas en la escuela… ¿qué edad tenía tu papá cuando eso sucedía? ¿Cuál es el nombre de tu papá? ¿Cuántos años tenía tu abuela cuando tu hermano le grabó el video que la inmortalizó? Percibo con tu texto que tu abuela falleció… si es así ¿cuánto tiempo después del video de tu hermano, ella falleció?
Si las respuestas a estas preguntas las sumas al texto será un tremendo homenaje a La Grande.