Difícil, pero no imposible

Cuando me dijeron que escribiera la historia de una mujer que me inspire, decidí hacerlo de mi bisabuela Raquel, ya que no tuvo una vida fácil, pero siempre fue perseverante y nunca se rindió.

Un día, una joven en Polonia se quedó sin zapatos y fue con su mamá a comprar un par. Raquel vio los más caros de la tienda y le encantaron, pero como su madre no los podía comprar porque no tenía suficiente dinero, ella fue donde su abuelo y este se los regaló. Les cuento todo esto, ya que aquella niña llamada Raquel es mi bisabuela, una mujer muy coqueta y perseverante que siempre consigue lo que quiere. 

Cuando el papá de Raquel pensó que lo iban a meter al ejército de Polonia para pelear en la Segunda Guerra Mundial le dio mucho miedo, entonces decidió irse a Rusia con su familia.  

El recorrido no fue para nada fácil, ya que tuvieron que ir caminando por el bosque, y no solo la familia Smith, sino muchas más. Raquel solo tenía doce años y la pusieron a cargo de una niña de siete para que caminara y no llorara. Ellas corrían y se escondían mientras les caían bombas por todos lados a lo largo del camino. 

Mientras todo esto pasaba, la mamá de Raquel temía que le hiciera falta la leche en su crecimiento, por lo que con mucha dificultad logró conseguirla; pero jamás supo que la jovencita le pagaba a su hermano para que se la tomara por ella. Es una anécdota que mi bisabuela solía contar.  

Una vez  empezó la guerra en Alemania, que había invadido Polonia, los rusos mandaron a la familia a Siberia por ser polacos. Los hacían trabajar muy duro y estuvieron en condiciones muy difíciles, pero gracias a Dios ninguno enfermó. 

Luego, en 1941, cuando Estados Unidos entró a la guerra después de Pearl Harbor, exigieron que todos los polacos que Rusia había agarrado como prisioneros y mandado a Siberia fueran dejados en libertad. La familia se fue a  Europa y se quedaron allí hasta que terminó  la guerra, y fue entonces que  lograron obtener sus documentos para venir a Panamá, donde vivían las tías de Raquel.  

Aunque en el Istmo no dejaban entrar a todo el mundo, a Raquel y a su familia sí porque tenían parientes acá. Esta es la historia de cómo mi bisabuela llegó a este país.

Al pasar unos años conoció a su futuro esposo Beni y tuvieron a Moisés, mi abuelo; Brenda y Arie. Aunque la familia Smith tuvo mejores días, recuerdan los tiempos difíciles que tuvieron que pasar y mi bisabuela siempre agradece a Dios  que su familia tuvo una nueva oportunidad de vida.   

Después de mucho tiempo nací yo. Soy muy afortunada de poder conocer a mi abuela Raquel, quien actualmente tiene noventa y seis años de edad. 

me dijeron que escribiera la historia de una mujer que me inspire, decidí hacerlo de mi bisabuela Raquel, ya que no tuvo una vida fácil, pero siempre fue perseverante y nunca se rindió.

Un día una joven en Polonia se quedó sin zapatos y fue con su mamá a comprar un par. Raquel vio los más caros de la tienda y le encantaron, pero como su mamá no se los podía comprar, porque no tenía suficiente dinero, ella fue donde su abuelo para que se los comprara y así lo hizo él. Les cuento todo esto, ya que aquella niña llamada Raquel es mi bisabuela, una mujer muy coqueta y perseverante, que siempre consigue lo que quiere. 

Cuando el papá de Raquel pensó que lo iban a meter al ejército de Polonia  para pelear en la Segunda Guerra Mundial, le dio mucho miedo, entonces decidió irse a Rusia con su familia.  

El recorrido no fue para nada fácil, ya que tuvieron que ir caminando por el bosque, no solo la familia smith , sino muchas más familias. Raquel solo tenía 12 años y además la encargaron de una niña de siete años para que no llorara y que caminara. Recuerda que corrían y se escondían mientras les caían bombas por todos lados, durante todo el camino. 

Mientras todo esto pasaba, la mamá de Raquel temía que le hiciera falta la leche en su crecimiento, por lo que con mucha dificultad logró conseguirla, pero jamás supo que Raquel le pagaba a su hermano para que se la tomara por ella. Esta es una anécdota que mi bisabuela me solía contar.  

Una vez  empezó la guerra en Alemania que había invadido polonia y como ellos eran polacos  mandaron a la familia a Siberia, los hacían trabajar muy duro y estuvieron en condiciones muy difíciles, pero gracias a Dios ninguno se enfermó. 

Luego, en 1941 cuando Estados Unidos entró a la guerra después de Pearl Harbor, exigieron que todos los polacos que Rusia había agarrado como prisioneros y mandado a Siberia fueran dejados en libertad. 

La familia se fue a  Europa y se quedaron allí hasta que terminó  la guerra. Una vez culminada, lograron obtener sus documentos para venir a Panamá, porque las tías de Raquel vivían en este país.  

Ellos pudieron venir a Panamá y aunque no dejaban entrar a todo el mundo, los dejaron entrar porque tenían familia acá. Esta es la historia de cómo Raquel llegó a este país.

Al pasar unos años conoció a su futuro esposo Beni y tuvieron a Moisés, mi abuelo; Brenda y Arie. Aunque la familia Smith  tuvo mejores días, siempre recuerda los tiempos difíciles que tuvieron que pasar y mi bisabuela siempre  le agradece a D-S  que su familia tuvo una nueva oportunidad de vida.   Después de mucho tiempo nací yo y soy muy afortunada de poder conocer a mi abuela Raquel, quien actualmente tiene 96 años de edad. 

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