Mentes brillantes con corazones llenos de luz

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Esta historia trata sobre una mujer que se esforzó muchísimo en sus estudios para cumplir su sueño de ser una maravillosa fonoaudióloga y ayudar a niños con autismo. 

Me refiero a Britzeitha Britton, a quien sus cercanos llaman de cariño Marilyn. Nació en 1972 como la menor de cinco hermanos. Su madre estaba preocupada porque a pesar de tener dos años la niña no pronunciaba ni una palabra, el pediatra le dijo que no se preocupara, que estaba bien y que en cualquier momento lo haría, pero no ocurrió tan pronto.

Cuando la pequeña Britzi tenía cuatro años, finalmente se logró escuchar su hermosa voz. Nunca supieron por qué demoró, pero cuando lo hizo la compararon con la famosa actriz Marilyn Monroe, y de allí surgió su sobrenombre.  

La pequeña Marilyn ya tenía seis años y conversaba “como un loro”, la llamaban terremoto por sus constantes travesuras, era muy activa; patinaba y le gustaba mucho jugar a las escondidas. Recuerda que tenía una especie de casa sobre un árbol de nance que siempre convertía en un salón de clases, era tan especial que podía olvidar sus tristezas, y sin saberlo le ayudaría a alcanzar un gran futuro no tan lejano.

La escuela fue un gran reto para Britzeitha, le resultó difícil aprender, memorizar y escribir, de hecho, solo logró escribir cuando estaba en primer año de secundaria, ya que su estilo de aprendizaje era visual, pero no memorístico, por lo tanto, aunque se esforzara como lo hacía no lograba avanzar a la par de sus compañeros; aunque eso no hizo que la niña se rindiera.

Ya siendo adulta, para 1996, Marilyn recordó cuando aún era niña y jugaba en su casa del árbol.  Decidió estudiar una profesión que tuviera que ver con niños y jóvenes; eligió ser fonoaudióloga, ya que quería un gran reto.

Después de ocho años logró graduarse de la Universidad de las Américas. Britzeitha podía comprender y sentir las limitaciones de los niños; sin embargo, notó que no todos encajaban en el modelo terapéutico. Entonces, quiso conocer más sobre ese tema, especialmente del autismo. 

Fue así como siguió capacitándose, esta vez en Chile, Argentina y Perú. Recuerda que en 2011 llegó una familia desesperada por su hijo pequeño que no paraba de gritar, mirar hacia arriba o solo girar y su único alimento era arroz blanco con leche. Ya no sabían cómo controlarlo. Britzeitha junto a una terapeuta y una psicóloga de su equipo tomaron el caso y luego de estudios se diagnosticó que tenía autismo en grado tres, eso significaba que el caso sería muy complejo. 

Ellas hicieron un sistema de estructuración para observar cada gesto del pequeño y crearon una rutina para él.  El resultado fue exitoso, ya que el pequeño superó sus miedos y sus gritos pararon. Así mismo pasó con otros niños con autismo y otras condiciones. 

Su sueño llegó tan lejos que la especialista hizo su propia organización y hasta escribió un libro. Afirma que sus metas en la vida fueron cumplidas gracias al destino y a Dios. Ella tiene una frase que dice: “Todo se puede y realmente se puede”, esto significa que nunca debes pensar en que no es posible conseguir algo, sino que tienes que creer en ti mismo y en que lo puedes lograr, ya que la mejor medicina es tener pensamientos positivos.  

Britzeitha afirma que necesitamos visualizar cosas bonitas, creer en nosotros mismos y también poner el esfuerzo y empeño necesarios para cumplir los mayores logros en esta maravillosa vida, “siempre pensando que somos mentes brillantes con corazones llenos de luz”.