Ella nació en un pueblo de Santa Bárbara por 1972, creció con seis hermanos, realizó su educación primaria en la escuela Dolores Sabillón. A los once años emigró a la ciudad capital con la intención de seguir su formación, pero le fue difícil porque sus padres eran de bajos recursos.

La joven empezó a trabajar como empleada doméstica a sus doce. Hubo un jefe que la animó a estudiar durante la noche, así pudo graduarse de la carrera que ella deseaba más adelante.

En el trayecto de su vida se le presentó otra oportunidad de empleo. Una compañera de estudios la invitó a dejar su currículum en una oficina, donde les pareció interesante. Al día siguiente la llamaron y comenzó el nuevo trabajo, donde se superó un poco económicamente. También seguía estudiando, transcurrieron tres años y se graduó de Perito Mercantil y Contador Público.

La joven continuó creciendo en su trabajo y ahorró para comprar un establecimiento donde desarrolló su propia empresa, en 1993, año en que conoció a un joven con quien se casó y tuvo a su primer hijo dos años más tarde. Siguió sus estudios en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en el año 2000 se matriculó en la carrera de Ingeniería Industrial, pero la abandonó para poder seguir con su negocio; sin embargo decidió terminarla en el 2013.

En 2010 nació su segundo hijo. Esta dama ha salido adelante con sus propios esfuerzos, demostrándoles a sus retoños los valores más importantes como respeto, honestidad, responsabilidad, disciplina, solidaridad, integridad, sociabilidad, cristiandad, honradez, puntualidad, amor, deseo de superación y compromiso hacia ellos que la hicieron una mujer fuerte, servicial, capaz de enfrentar todos los obstáculos que se le presentaron.

La mujer se demostró a sí misma que tenía mucho camino por recorrer y suficiente coraje para seguir adelante. Se olvidó de sí misma y dio lo mejor a sus hijos: el talento y la humildad.

Hoy esta linda dama, mi madre, quiere seguir adelante con la ayuda de Dios.