Las alas de Frida Kahlo, la pintora guerrera

Si hay una dama que representa el talento de las mujeres artistas y que es digna de destacar es, sin duda, Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón. Sí, Frida Kahlo, la icónica pintora mexicana que fue partícipe de la movida de los grandes muralistas de su país.

De acuerdo con lo que leí, supe que fue hija de un fotógrafo judío-húngaro de nombre Guillermo Kahlo y de Matilde Calderón, quien tenía herencia indígena. 

La artista, famosa por sus autorretratos, sus gruesas cejas y las coronas de flores que usaba en la cabeza, nació el 6 de julio de 1907. Tuvo dos hermanos, uno que murió muy pequeño y otra de nombre Cristina, quien en algunas películas biográficas de la pintora se puede ver que fue su mejor amiga, compañera y protagonista de una traición amorosa hacia Frida con su esposo, el pintor Diego Rivera.

Fue en el año de 1925 que Frida experimentó el terrible y doloroso accidente que cambió su vida. Hasta ese momento era una adolescente como cualquier otra: feliz y enamoradiza. Al menos así la describe la película Frida, protagonizada por Salma Hayek, en el año 2002.

Volviendo a 1925, cuando Frida se encontraba viajando en un autobús no tan grande y poco acogedor, este fue embestido por un tranvía. El choque entre ambos vehículos ocasionó una perforación en la pelvis de la artista, quien además tuvo una fractura en la columna vertebral y la clavícula, así como varias costillas rotas. 

A causa de este hecho fue sometida a 32 operaciones. Fue una guerrera, fuerte, luchadora y motivadora que no se dejó vencer.

En 1953, Frida sufrió otro revés del que ya no se recuperó. Debido a una gangrena tuvieron que amputarle la pierna por debajo de la rodilla. Como es evidente, esta pintora pasó por muchos momentos difíciles en su vida y a pesar de todo siguió perseverando y nunca se rindió.

A los episodios dolorosos se suman la relación tormentosa con su marido, en medio de infidelidades de ambas partes, y las pérdidas de sus embarazos. Una situación muy triste y delicada para las mujeres que sienten el deseo de la maternidad desde su infancia y no lo logran. 

Hoy, la casa de su familia, ubicada en la calle Londres, en el número 247 del barrio Coyoacán, en la ciudad de México, conocida como la Casa Azul es un museo.

Así termina este perfil contando una parte de la existencia de una mujer que representó mucho el carácter mexicano y se convirtió en un ícono del siglo XX.