En 1976 comenzó un movimiento de mujeres que decidieron, por medio de la Iglesia católica, sacar la luz de la sabiduría y ponerla en alto con los niños. Ellas se especializaron en la Escuela Santa María La Antigua y en las escuelas de las capillas, con el fin de brindarle educación a los más pequeños de la casa.

Se unieron para poner los llamados jardines o parvularios, primero por la institución religiosa, pero las autoridades gubernamentales de aquel tiempo vieron que era una buena labor y se unieron a dicha causa, creando después los prekínder y kínder para enseñar a los niños una continuación de lo aprendido en los primeros años de vida en su hogar.

Aunque cumplían el papel de maestras, parecía como si fueran las propias figuras maternas y estaban guiadas por el Gobierno. Acogieron a los infantes y los educaron sobre todo lo que debían aprender a su respectiva edad, tal como buenos modales, el himno nacional, la naturaleza y muchos más.

Una de esas maestras pioneras de parvulario fue mi abuela Luz Estella Estupiñan, ella perteneció al selecto primer grupo de nueve institutrices, que en su momento brindaron sabiduría a pequeños desde los tres años.

«El objetivo era plasmar la enseñanza cristiana y cómo convivir con la gente de nuestro alrededor para apoyarnos en un futuro», explicó mi abuela.

Es por esta razón que ella es una fuente de inspiración para mí. Admiro cómo se tomó el tiempo y la dedicación para enseñarle a estos niños muchas cosas, paso a paso, aunque fueran chiquitos que por su naturaleza tienen muchas dudas y a veces pocas respuestas. La paciencia para contestarlas debía ser mucha, pienso yo.

Ser institutriz puede ser uno de los trabajos más difíciles, ya que tienes en tus manos el aprendizaje de quienes serán adultos en un futuro.

Me alegra que mi abuela haya sembrado una buena semilla en muchos actuales abogados, médicos, maestros y de otras profesiones, quienes pasaron por sus manos, ya que aunque fueran pequeños, ella les transmitió mucho conocimiento. 

Mi abuela Luz Estella actualmente tiene 68 años de edad y sigue siendo una luz de sabiduría.