Cuando esta mujer fue proclama presidenta de Panamá yo no había nacido, pero al ir creciendo, en varias oportunidades escuché su nombre. Un día quise salir de dudas y le pregunté a mi mamá quién era ella. Con una sonrisa me dijo: “Mireya Elisa Moscoso Rodríguez fue la primera presidenta del país”.
Con el tiempo quise encontrar respuestas a otras interrogantes sobre su vida. Me puse a investigar y aquí vengo a contar pasajes de su historia.
Nació el 1 de julio de 1946 en la comunidad de Pedasí, provincia de Los Santos. Es la menor de seis hermanos. Su madre era Elisa Rodríguez y su padre Plinio A. Moscoso, director de la escuela del pueblo, quien falleció cuando Mireya tenía nueve años.
En casa aprendió valores, que reforzó cuando su madre la envió a un internado regentado por monjas en la ciudad capital, en el Colegio Internacional de María Inmaculada, donde obtuvo el Bachiller en Comercio. A sus 17 años comenzó a trabajar como secretaria ejecutiva de la Caja de Seguro Social (CSS).
Rápidamente entró en contacto con la política, y antes de cumplir 18 ya estaba participando activamente en la campaña electoral de Arnulfo Arias Madrid (en ese entonces de 62 años), un personaje importante en la historia de Panamá, que llegó a ser presidente en tres ocasiones.
Mireya se mantuvo al lado de Arias en su ajetreada vida política. En 1969 formalizaron su relación con el matrimonio. Pero, la pareja tuvo que enfrentar el exilio por casi diez años a raíz del golpe militar ocurrido en 1968.
En Estados Unidos Moscoso reforzó el inglés y estudió Diseño de Interiores, en el Miami Dade Community College, donde se graduó en 1974. Se propuso hacerlo para demostrar que una mujer, en medio de las circunstancias que le toque vivir, puede aprovechar las oportunidades y estar lista para asumir grandes cargos, que en su caso fue dirigir un país.
No la conozco en persona, pero leyendo sobre su vida puedo entender que fue visionaria y a la vez muy diligente en su trabajo. Me recuerda un refrán muy conocido: «No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy». Y ella alcanzó grandes logros con mucho esfuerzo. Es una mujer valiente que vivió momentos difíciles. Según consta en su biografía oficial, en una ocasión los militares la sometieron a maltrato psicológico y amenazas de tortura.
Más adelante pudo volver a Panamá junto a Arnulfo Arias Madrid y reintegrarse a la vida política. Pero cuando su esposo enferma retornan a Miami (Estados Unidos), donde falleció el 10 de agosto de 1988. Mireya Moscoso siempre fue su más estrecha colaboradora, y tras su muerte se hizo cargo de sus empresas agropecuarias.
Además, decidió ser la coordinadora del Partido Arnulfista, en 1990, siendo la presidenta y representante legal de esta agrupación entre 1991 y 1996. Después de superar muchos retos personales y trabas políticas, se lanzó como candidata a la presidencia de Panamá. Perdió en esa contienda frente a Ernesto Pérez Balladares; pero ganó en las elecciones del 2 de mayo de 1999 con el 44,9% de los votos, convirtiéndose en la primera —y única— presidenta del país.
Asumió el cargo de 47.º presidente de Panamá, del 1 de septiembre de 1999 al 1 de septiembre de 2004. Durante su gobierno se hicieron grandes cambios a la nación: se modernizó el sistema administrativo, se realizaron inversiones públicas, principalmente en programas sociales y rurales, sobre todo, para la población del interior. Ella no solo se enfocó en desarrollar obras estructurales (puentes, escuelas o edificios), sino también en impactar positivamente la vida de los panameños.
Además de haber sido esposa de Arnulfo Arias Madrid, contrajo segundas nupcias con Ricardo Gruber, con quien mantuvo una relación entre 1991 y 1997.
Ahora comprendo mejor que ella superó muchos retos, tanto personales como emocionales. También luchó contra estigmas de género hasta llegar a ser una mujer realizada: como esposa, madre y política. Ella es Mireya Elisa Moscoso Rodríguez, un ejemplo a seguir para las mujeres.
Escribí estas líneas sobre ella porque sobresalió en un mundo de hombres. En muchos sentidos, nuestra sociedad sigue estando gobernada por ellos, pero mujeres como Mireya siguen firmes, luchando por sus espacios y sus derechos. ¡Gracias, Mireya Moscoso, por dar a conocer al mundo el espíritu perseverante de la mujer panameña! Gracias por contribuir a que la voz de las féminas quede en lo alto de nuestra historia patria.