Las lecciones de vida de Rosa María Britton
“Solo tenemos noventa años”, solía decir la escritora panameña Rosa María Britton. Era su invitación para vivir al máximo y valorar cada minuto de nuestra existencia como un bien preciado. Fue una de las mujeres más influyentes de Panamá en materia literaria y médica durante el siglo XX. Y aunque ella murió a los 82 años, cumplió al cien por cien su consejo: fue una de las oncólogas más importantes, a la par escribió novelas y cuentos, ganó premios literarios (dentro y fuera de nuestras fronteras) y peleó para que la educación sexual llegara a todos los jóvenes.
Una mujer capaz de mostrarle al mundo que era posible lo imposible. El 28 de julio de 1936 nació en el seno de la familia integrada por Matías Crespo (cubano) y Carmen Justiniani de Crespo (panameña). “Mi padre y mi madre eran muy inteligentes, yo nací en una casa con libros. No te puedes imaginar lo que he leído en mi vida, yo leí libros grandísimos desde los nueve años, y sola. Yo he leído toda mi vida, a pesar de ser médico”, dijo en una ocasión durante una entrevista.
Empezó a escribir su primera obra durante sus tiempos libres, mientras viajaba por diferentes países del continente americano gracias a sus especialidades médicas. Cuando terminaba de redactar se lo compartía todo a su secretaria para que lo pasara en limpio en una máquina eléctrica. Sus amigos la animaron a mandar su obra, El ataúd de uso, a la categoría novela del Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró, en 1982, certamen que ganó. Este resultado coincidió con lo que expresó una vez: «Siempre he tenido inclinaciones literarias y tenía esa ambición de escribir una historia familiar».
Además de la literatura, Britton dedicó una parte de su vida en ser médica, en particular en las ramas de la obstetricia y la oncología.
Como obstetra fue entrevistada durante décadas por los medios de comunicación social sobre la importancia de que todos tengan acceso a la educación sexual, ya que para ella era esencial que esa información llegara a los jóvenes.
Rosa María Britton proponía que en todas las escuelas de Panamá, tanto en las públicas como en las privadas, se impartiera la clase de educación sexual, de forma abierta y responsable, para que así los muchachos comprendieran mejor sobre los embarazos precoces y cómo estos podrían traer consecuencias en el presente y el futuro. Aconsejaba que a veces era mejor ir poco a poco en vez de apurarse en decisiones con serias consecuencias.
En oncología, de la mano de los conocimientos y aprendizajes adquiridos por sus estudios, lecturas y viajes a congresos, Britton ayudó a buscar nuevas técnicas para combatir el cáncer.
“Quisiera ser recordada como alguien que trató de hacer lo mejor posible como médico y escritora”, comentó en una ocasión esta panameña que hoy en día inspira a muchas mujeres jóvenes y adultas a ser independientes, a cumplir sus metas y potenciar sus habilidades. Ella demostró que las féminas somos capaces de colaborar al desarrollo del mundo entero.
Laura, tu personaje es fantástico y la manera en que cuentas sobre ella me encantó. Me gusta que recabaste algunas frases de Rosa María Britton y las incluiste, hiciste bien.
Ahora, hay cosas que podrían hacer tu historia mucho mejor. Una de ellas sería la entrada. En el párrafo inicial tienes una frase (la de los 90 años para vivir nuestra vida) que es muy poderosa, así que te recomiendo que la uses para arrancar.
Sería algo así: “Solo tenemos 90 años para vivir nuestra vida”, solía decir Rosa María Britton, una de las mujeres más influyentes de Panamá. Y aunque ella murió a los 82, cumplió al cien por cien su consejo: fue una de las oncólogas más importantes mientras escribió novelas, ganó premios literarios y peleó por educación sexual para los jóvenes”… y continúas. Puedes retomar la idea de que tenía un carácter fuerte (aunque es mejor que en lugar de decirlo así, expliques por qué: ¿regañó a un dictador? ¿Se impuso ante alguien?)
También es importante que escribas siempre en pasado. Britton falleció en 2019, así que no podemos hablar sobre ella en presente. Evita usar “dice, tiene” o demás verbos en presente.
Una última cosa sería pensar un cierre que así como el inicio, sea poderoso. Recomiendo que si en el texto nunca te incluiste como una narradora en primera persona, no lo hagas en el cierre, puede confundir a tus lectores. Sigue hablando en tercera persona. Tal vez una forma de cerrar tu texto sea con una frase de Britton. Ella siempre decía cosas realmente buenas.
Espero los cambios!
Editor Nicanor, Muchas Gracias por su comentario y perdone que le estoy respondiendo tarde pero queria decirle que me pone muy contenta saber que le gusto mi personaje y como cuento de ella.
De nuevo muchas gracias por los comentarios acerca de mi cronica y espero que le guste como lo mejore.