Seis vidas por vivir

¿Camarones?, jerga panameña que se refiere al trabajo temporal que hace una persona.

Actualmente ella tiene 45 años, aunque si la vieras aparenta 35.

No creerías si te dijera que es madre de 6 hijos; los dos primeros estudian en la Universidad de Panamá, le siguen tres y estudian la primaria en un colegio particular en la ciudad, su última y única hija mujer, está por culminar el preescolar. No es una mujer casada, solamente está comprometida con un chiricano. Están juntos alrededor de 13 años. Se conocieron en 2008, en el trabajo, luego de que ella buscara sin parar “camarones” para mantener a sus hijos, ya que la relación con su pareja anterior no funcionó y él no daba pensiones.

Era una niña cuando se enteró de que estaba embarazada por vez primera. ¿Cómo iba a decirle a sus padres que con catorce años estaba encinta? Trató de ocultarlo, pero pasaba el tiempo y cada vez la panza era más notable. Sus padres al darse cuenta la echaron de la casa.

Desesperada, no sabía dónde ir, a los días regresó a su hogar donde seguían los gritos y discusiones. Sus padres querían que abortara, era la única condición para quedarse en casa; ella no quiso y sin pensarlo se fue y encontró en su tía, que vivía en Tocumen, resguardo. 

Luego de lo sucedido, solamente esperaron hasta que naciera su hijo, casualmente nació el 25 de diciembre, por lo cual, decidió llamarlo Jesús. 

Su tía con mucho amor y cariño los recibió, tenía buenos tratos hacia su sobrina, tanto así que aceptó cuidar al bebé mientras ella salía a trabajar; lo protegía de la mejor manera, como si fuera su hijo propio, siempre estaba al pendiente de él.

Al pasar unos dos meses de estar viviendo en casa de su tía, se empezaron a dar actitudes extrañas por parte del esposo de su tía, el cual le hacia comentarios fuera de lugar, las miradas eran constantes, a tal punto que ya no le tenía respeto y sus acosos eran cada vez más; la joven lo evadía y no le prestaba atención, cosa que le molestaba, tanto así que mientras ella estaba distraída él la tocaba. Ella se negaba, él se molestaba y la golpeaba, incluso un día llegó a abusar de ella. Con mucho miedo, no podía asimilar lo que había sucedido, estaba paralizada y en lo único que pensó en ese momento fue en su hijo y en que le podía hacer daño, lo que la llenó de valentía para huir con su hijo y el poco dinero que tenían.

Pasaron los años y  abrió un puesto de frutas, luego comenzó a vender comida en su barrio El Chorrillo, donde vivía. 

Vino su buen tiempo. Conoció a su prometido y empezó a trabajar con él en una joyería, pero luego ella abrió una pequeña abarrotería.  Quedó embarazada por cuarta vez, ya su vida era estable. Pero así como hay tiempo de vacas gordas… también está la de vacas flacas. Su microempresa empezó a reducir ingresos; en esos tiempos también se entera que ha quedado otra vez embarazada.  Ahora los gastos eran más, ya que la familia iba creciendo. Equilibrándose económicamente, por un tiempo, no pasan ni dos años y se entera que va a tener otro hijo.

Esos nueve meses fueron los peores de su vida, ya que muchas veces la bebé tuvo riesgo de morir, e incluso era probable que naciera con síndromes. Sufrió de ansiedad, pero al final el parto salió muy bien.

En el año 2021 en pleno COVID-19, ella quiere invertir en un restaurante frente a la Lotería Nacional, llamándolo Marie’s Restaurant. 

Siguiendo los protocolos adecuados sabe que todo irá bien, ya que siempre ha estado con Dios de su lado. Cuenta que nunca dejó de creer en él ni en los peores momentos. Y le creo, todo irá muy bien…. 

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Comentarios

  1. Betsabé, me gusta mucho el tercer párrafo, cuando inicias diciendo: No creerías si te dijera que es madre de 6 hijos… Allí cuando explicas rápidamente el presente de la mujer, y luego cuando comienzas el relato en detalle desde el primer embarazo, a los 14 años.

    Técnicamente, en la crónica eso no se debería hacer, sino contar todo de forma ordenada (desde el inicio hasta la actualidad). Pero esas licencias de pausa que has hecho, también se pueden hacer. Y tú lo has hecho bien en ese tercer párrafo.

    No obstante, hay otros puntos que podemos mejorar.

    Por ejemplo, “Camarón” NO se refiere a una persona que trabaja temporalmente (como dices), sino más bien el TRABAJO temporal que hace una persona.

    Tampoco existe la Universidad Nacional, sino la “Universidad de Panamá (UP)”. Y en lugar de “colegio privado”, podrías usar el nombre correcto: colegio particular.

    Luego hay otro punto muy bueno de tu crónica, que se puede explotar un poco más: cuando se va a vivir con su tía.

    ¿Cómo era el trato de su tía? ¿Cómo atendía a su bebé? ¿Cómo se fue dando la situación que terminó en abuso sexual por parte del esposo de su tía? ¿Cómo es el momento que se llena de valor para salir de esa casa a un mundo desconocido? Si dedicas unas líneas a describir ese momento crítico, seguro el lector podrá encontrar respuestas a todas estas preguntas.

    Algo similar podrías hacer con el último párrafo. Explicar un poquito ese crecimiento económico, antes del shock de la llegada de un nuevo embarazo.

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