Una niña humanitaria
Amy Enith Ortega fue la primera hija de su madre, una mujer que no había terminado sus estudios, mientras que su padre era un trabajador de avicultura en una empresa agroindustrial.
Nacida el 29 de diciembre de 1982, al cabo de unos años nace su hermano varón, un bebé sano; pero transcurridos unos meses el pequeño es diagnosticado con síndrome convulsivo y riñones poliquísticos, con lo que desarrolló múltiples afecciones que le impedían caminar o coordinar su sistema psicomotor. Any se vio obligada a pasar días enteros al cuidado del pequeño, ya que sus padres se dedicaban a trabajar y a los oficios del hogar.
Asistía desde temprano a su colegio. Se levantaba a las 3:30 a. m. para salir a sus clases, mientras su hermano quedaba con su abuela. De regreso, Any se encargaba de preparar la comida para ella, el pequeño y su padre, ya que su madre había decidido irse de casa a vivir con una hermana.
Al pasar los años Any se graduó de bachillerato y después de un tiempo nacieron sus tres hijos. Tenía dos trabajos, uno de medio tiempo como recepcionista en una clínica odontológica y otro haciendo arreglos de cumpleaños, los sábados y domingos, todo con el fin de ayudar a su hermano menor.
A la edad de 36 Any pierde a su hermano debido a que su enfermedad genética y sus demás afecciones empeoraron. Abatida, solamente pudo buscar consuelo en sus hijos y su esposo, pues su relación con su madre no era buena; el hecho de que no se hablasen durante años empeoraba cada vez más su relación.
Su padre, también afectado, no podía darle muchas palabras de consuelo a su hija, pero Any supo reponerse en aquel momento para poder ser alguien y ayudar a los suyos en aquel momento.
Después de lo ocurrido y tras muchos años separadas, Any se reconcilió con su mamá. Esto le trajo un poco más de paz y cambios positivos debido a que esa situación la afectaba emocionalmente. Luego supo que la mujer estaba en la etapa final de cáncer de piel. A pesar de haber sido abandonada por su progenitora, logró perdonarla y ayudarla hasta sus últimos momentos. La madre falleció a los dos meses, el cáncer había hecho metástasis y afectó sus órganos internos vitales.
Actualmente Any, mi madre, tiene 39 años y es voluntaria en el organismo de la Cruz Roja Panameña.
Hola, un duro testimonio. Te comparto algunos apuntes para afinar la historia:
– Al pasar los años Any se gradúa de bachillerato, después de un tiempo tuvo a sus 3 hijos , su esposo y ella trabajaron mucho para poder cuidar a el hermano menor de Any y mantener a sus 3 hijos ***************** Aquí podemos mejorar contando el o los trabajos que tenía Any para ayudar a sostener su familia y respecto a la muerte de su hermano, contar si se debió a los efectos de sus enfermedades/condiciones.
– Después de aquella situación luego de tantos años separadas, Any se reconcilió con su madre, al reconciliarse con ella Any supo que su madre estaba en la etapa final del cáncer, Any a pesar de haber sido dejada atrás por su madre supo perdonarla y ayudarla hasta sus últimos momentos, después de 2 meses finalmente la madre mure por cáncer de piel el cual afecto en su metástasis, órganos internos vitales. ************ ¿Cómo afectó a Any este susceso? Tomando en cuenta que recién se habían reconciliado. Si cuentas con detalles al respecto, valdría la pena conocerlos.
– “No importa la circunstancia por la que estemos padeciendo, ya que nuestro instinto nos enseña que debemos aprender a sanar nuestras heridas para poder perdonar y vencer todos los obstáculos “ *************************** ¿Esta es una cita textual de Any? si es el caso, es mejor adjudicársela.
– Y para cerrar la historia, me gustaría saber, por ejemplo, la edad actual de Any y si sigue trabajando para sacar adelante sus hijos junto con su esposo.