Orgullo y lucha de una afrocostarricense

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¿Quién esperaría que, frente a los ojos azules del mar, el 7 de julio de 1935, en Puerto Limón, nacería una valiente defensora de quienes vivían en la injusticia? De ascendencia jamaiquina, desde pequeña y con el apoyo de su madre, participaba en eventos católicos siendo ángel, algo atípico en su época. Con grandes pasos, la niña se convirtió en una voz referente para la cultura afrodescendiente y la tan olvidada provincia.

Eulalia Bernard fue una mujer que rompió paradigmas, no la detenían los muros impuestos por la sociedad y estaba orgullosa de ser “rotundamente negra”, como reza el poema de Shirley Campbell. Convencida de la importancia de que los jóvenes y niños conozcan su historia y su cultura, realizó muchos aportes en la educación; ella se convirtió en la primera mujer afrodescendiente en graduarse en la Universidad de Costa Rica, en estudios para la enseñanza de inglés.

Una escritora que en cada uno de sus poemas nos regala crítica, lucha, negritud, gozo, nostalgia, realidad… Cuando la leemos nos hace vibrar el pecho y suspirar en lo profundo del alma. Ponía corazón y fuerza para alzar su voz y la bandera en son de lucha por todos los afrodescendientes, defendía su extraordinaria cultura, sacaba, sin miedo, verdades que no se decían sobre el descuido y el abandono de Limón y su gente y de la discriminación que aún hoy sigue latente, aunque somos hermanos de una misma patria y llevamos las mismas raíces en la sangre.

Bernard rechazaba la desidia del Gobierno y la falta de apoyo económico, educativo y de seguridad, a pesar de lo mucho que la población afro nos ofrece con el sudor de su frente. Es injusto nuestro desconocimiento de su cultura, historia, tradiciones, raíces, del mekatelyu o criollo limonense (lengua de los afrolimonenses); del grano oculto entre sus cabellos trenzados que esconden una historia, de su ropa y su calipso como el del inolvidable Walter Ferguson. Debemos acercarnos más a nuestros hermanos costarricenses y que bajo el azul, blanco y rojo podamos convivir con respeto, celebrar, compartir cultura y tradiciones unos con otros.

Eulalia dirigió su vida hacia esas luchas, a través de la poesía, como escritora, activista, diplomática y educadora; además, veló por la incorporación de hombres y mujeres afrodescendientes en diversas áreas. Intentó llevar sus obras en su aspiración de ser diputada por el partido Pueblo Unido, convirtiéndose en la primera candidata a diputada afrodescendiente por un partido no tradicional y comunista. Estuvo presente por varias décadas en la política como voz amiga de las minorías y defensora de la afrodescendencia, mujer imparable que combatió contra los arquetipos, por una nación de paz y amor; lo que le valió diferentes reconocimientos.

Eulalia Bernard se fue de este mundo para compartir con la fuerza de los vientos y la tranquilidad de la brisa, el 11 de julio del 2021. Nos dejó sus luchas como gran legado, y espero que culminen a favor de la justicia, para unirnos como costarricenses, sin importar la etnia.

Construyamos una patria de igualdad de oportunidades, sin discriminación y con conocimiento de la importancia de todas nuestras provincias, pueblos indígenas y los nuevos ciudadanos que vienen a formar esta gran patria libre. Un país donde nos unamos y celebremos juntos nuestra historia y a personas como Eulalia Bernard, ejemplo de lucha y resistencia femenina; una imagen que perdurará en los ojos de una niña que se mira al espejo con orgullo de lo que representa.