La mayoría de las veces aquellos sueños que teníamos de pequeños, cuando podíamos sostener el mundo con nuestras manos sin sentir su peso, se convierten en otros completamente distintos con el paso de los años. Puede ser porque al crecer, ese universo con el que solíamos jugar ya no es el mismo o porque encontramos aficiones que desconocíamos.
Así fue para la pequeña hija de la señora Vilma y el señor Pedro: Katya del Carmen Echeverría Béliz. Una niña que imaginaba ser beisbolista, pero creció y se convirtió en directora de una prestigiosa escuela con doble calendario académico, el Instituto Cultural.
Su historia comenzó el 2 de enero del año 1967, en la ciudad de Panamá. Ese día se convirtió en hermana menor y posteriormente en hermana mayor, debido a que es la hija del medio. Se considera a sí misma como una total devota de su familia conformada por sus dos hijos, Ricardo y Ana Luisa, y su compañero de vida, Juan Carlos.
El interés por la conducta humana la llevó a elegir la carrera de Psicología en la Universidad de Panamá. Es fiel creyente de la juventud y el potencial que existe en cada niño, por ello, luego de terminar esta formación, decidió estudiar Educación.
Para Katya, la pedagogía no solo se trata de enseñar y aprender, sino de impulsar a los estudiantes a explorar sus habilidades en cualquier campo, así como brindar la mano a sus colegas, con el propósito de aportar un mejor futuro para todo el país. Actualmente se encuentra aprendiendo, investigando y buscando nuevas vías para innovar la acción formativa.
Aplica diariamente los valores de tenacidad, resiliencia, fortaleza, amor, respeto y, sobre todo, la honestidad. Detesta por completo la injusticia, el abuso y el famoso «juega vivo».
La profesora Omaira Concepción, educadora en el Instituto Cultural, confiesa que la experiencia que ha compartido con la docente Katya ha sido ejemplar y muy gratificante. A su vez, Concepción la describe como una profesional amigable, comprensiva, perseverante y sumamente preocupada porque los chicos reciban la mejor educación posible.
Una de las frases favoritas de Katya, relacionadas con la pedagogía, es la siguiente: “La escuela es un edificio de cuatro paredes con el mañana dentro”.
Ella nunca imaginó que se convertiría en directora del colegio donde aprendió a leer y a escribir cuando era pequeña. Estudió desde kínder hasta segundo grado en el Instituto Cultural. Considera que debemos dar el 100% de nosotros cada día, sentirnos orgullosos de quiénes somos, de qué hemos logrado, por lo que estamos trabajando y, por supuesto, preocuparnos por las personas que nos rodean.