El color del cansancio
Recuerdo una tarde, cuando me encontraba viendo una serie de televisión que incluía entre sus temas el segregacionismo de los años 60, que me pregunté: ¿Quiénes fueron las personas que influyeron en la lucha contra el racismo? Investigando, encontré a una valiente mujer que se alzó por sus derechos: Rosa Parks.
El 4 de febrero de 1913 nació Rosa Louise McCauley Parks, en Tuskegee, Alabama, Estados Unidos. Su padre era James McCauley, un carpintero, y su madre, Leona McCauley, maestra.
Parks vivió sus primeras experiencias con la discriminación en su infancia, le tocó ver cómo su abuelo salía de su casa con una escopeta mientras los miembros del grupo terrorista Ku Klux Klan marchaban calle abajo. También durante sus estudios, ya que asistió a una escuela de segregación racial y, de primer a sexto grado tuvo que ir caminando porque los niños negros no podían viajar en autobús, como lo hacían los blancos.
Con dieciséis años abandonó sus estudios para poder atender a su abuela y a su madre enfermas, no pudo retomarlos, pero consiguió trabajo como costurera en una fábrica de camisas de Montgomery.
En 1932 contrajo matrimonio con Raymond Parks, un barbero de profesión y miembro activo de la NAACP (National Association for the Advancement of Colored People). Así fue como Rosa Parks se involucró activamente en asuntos de derechos civiles. En 1949 se convirtió en asesora de esta asociación.
Según un artículo publicado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, la historia de Rosa es la de «una mujer segregada por la doble violencia del machismo y el racismo, de una luchadora inalcanzable».
Pero, se preguntarán: ¿Qué fue lo que hizo esta mujer para convertirse en una pionera en la lucha por los derechos de las personas de color? ¡Los invito a que sigan leyendo!
El 1 de diciembre de 1995, Parks regresaba de su trabajo en Montgomery, abordó el autobús y se sentó en los lugares permitidos para personas consideradas de color; conforme el vehículo recorría su ruta, los asientos comenzaron a llenarse y algunas personas blancas quedaron de pie. Al percatarse, el conductor detuvo la marcha y les pidió a tres mujeres negras que se levantaran (según las normas en ese tiempo, las personas negras tenían que ceder su asiento si había personas blancas de pie), entre ellas se encontraba Parks, quien se negó incluso cuando el chofer la amenazó con denunciarla. Finalmente, Parks fue arrestada y condenada por desobedecer el ordenamiento municipal.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, menciona en una publicación que Rosa dijo que no se levantó “porque estaba cansada”, pero no físicamente sino de ser tratada como una ciudadana de segunda.
Luego del arresto de Parks, se desató una protesta que consistía en que las personas consideradas negras no usarían los autobuses. Esta población representaba un 70% de los usuarios. Las autoridades pensaron que la acción duraría muy poco tiempo, sin embargo, se extendió 381 días, por lo que la ley tuvo que ser cambiada. En noviembre de 1956 el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaraba inconstitucional la segregación racial en los autobuses y los usuarios podían sentarse donde quisieran.
“No tenía idea de lo que mis acciones podían provocar”, dijo Parks al darse cuenta de lo que había logrado y lo que la llevó a convertirse en la madre del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. La NAACP le concedió en 1979 su galardón más importante, la Medalla Spingarn, y en 1996 el presidente Bill Clinton le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad.
Murió a los 92 años, en octubre de 2005, fue velada en el Capitolio de Washington. Se convirtió en la primera mujer afroamericana en recibir este honor, concedido solo a 28 personas en la historia estadounidense.
“Mi abuelo y mi madre me dieron el espíritu de libertad… me enseñaron que no tenía que sentirme inferior a nadie por mi color de piel”, expresó alguna vez Rosa Louise McCauley Parks.