Amor y éxito: el camino de una mujer triunfadora
Transcurría el año de 1974, exactamente el 17 de noviembre, cuando llegó al mundo una mujer para alumbrar la vida de muchos, con un gran propósito y con la luz y valor que la caracteriza. Desde la perspectiva de muchos, una mujer brillante, con la capacidad de alcanzar todo lo que se propusiera y con el corazón más grande para poder amar a todo el que la rodeara. Ledda Paz, la mujer más fuerte y determinada que conozco; que ha luchado por su familia y por mantener sus valores. Se ha ganado el papel más importante en mi vida y en la vida de muchos.
Desde una corta edad, Ledda se ha encargado del cuidado de sus hermanos menores y del apoyo a su padre en todas las circunstancias, no solo como una admirable hija sino también un ejemplo para sus hermanos y las personas que la rodean. Asimismo, se ha destacado en distintos ámbitos que le han permitido crecer como profesional y como mujer, derribando cualquier obstáculo y luchando por alcanzar sus metas y aspiraciones. Su trabajo y perseverancia le permitieron convertirse en una reconocida ingeniera industrial, que ha desarrollado habilidades administrativas y de búsqueda de soluciones a nivel empresarial, sin descuidar su vida familiar.
Como reafirmación de lo anterior, en el 2002, le dio la bienvenida a su primer motor de vida: su hijo y motivación para seguir creciendo como persona. A pesar de contar con muchos tropiezos en el camino, Ledda decidió seguir estudiando para obtener una maestría y continuar creciendo como profesional, mientras cuidaba a su hijo y le brindaba el amor más puro. Aunque estudiar y trabajar no era fácil, ella nunca se rindió y decidió seguir preparándose para brindarle a su hijo la calidad de vida que deseaba.
Tres años después, se convierte en madre por segunda vez, con más amor para dar y el objetivo de forjar a otro ser humano de bien y de quien sentirse orgullosa. Por azares del destino, poco tiempo después se convierte en madre soltera, lo que la transforma en una mujer aún más fuerte y con deseos de seguir luchando por sus hijos, criarlos y educarlos con amor y respeto. Por consiguiente, es una persona con una rutina muy cargada; a pesar de ello, pretextar un regreso cansada del trabajo, nunca fue una opción; volver a casa era verla con una sonrisa y con una gran emoción de conversar con sus hijos sobre su día. “Mis hijos son lo más importante y valioso que tengo”, es como se refiere ella a las dos personas más importantes de su vida.
Ledda, un ejemplo no solo como mujer, sino también como madre, como hija y como hermana. Es una líder, que no se ha dejado vencer y ha trabajado siempre para seguir creciendo como persona, por su bienestar y el de sus hijos. No cabe duda de que es un motivo de inspiración para las mujeres que luchan día a día por educar a sus hijos y convertirlos en agentes de cambio para la sociedad.