Palenque es un lugar con muchas palmeras, arena y playas; hogar de hermosa gente que camina descalza en el atardecer y se relaja debajo de los cocoteros. Es un pueblo pequeño, maravilloso y calmado del que hay mucho que contar.

El corregimiento se ubica geográficamente en el distrito de Santa Isabel, en la provincia de Colón. Para llegar se toma un bus de Colón en la Terminal de Transporte de Albrook. Luego se hace trasbordo en Sabanitas para tomar otro transporte de la ruta Costa Arriba.

En Palenque nacieron mi bisabuela, mi abuela y mi mamá. Mi madre me cuenta que ella jugó y disfrutó hasta su juventud por sus calles y playas. Los Joseph son una familia extensa, están por todas partes.

La abuela de mi mamá falleció en el año 2021. Todos fuimos al velorio. Conocí a muchos primos y tíos. La residencia de mi bisabuela estaba compuesta por dos casas grandes, una que servía de cocina y otra donde estaban los dormitorios. Esa era la forma en que se construían las viviendas de este pueblo en años anteriores. Después de la partida de mi bisabuela, mis tíos convirtieron las dos residencias en habitaciones.

He viajado muchas veces a mi pueblo costero. En el camino disfruto del paisaje natural, montañas, vacas y caballos. Además, solemos hacer una parada para visitar la iglesia donde mora el Cristo Negro, en Portobelo, que queda de paso. 

De ese famoso pueblo es la familia de mi padre, quizás por eso me gusta mucho. Cada vez que voy, me quedo con ganas de conocer más de la historia de este puerto, donde permanece viva la herencia afrocolonial.

No solo gozo de los paisajes de Costa Arriba y de Palenque, también me gustan sus tradiciones, sus bailes como el congo, que toda mi familia sabe interpretar. Se trata de una danza caracterizada por el meneo de las caderas, que representa la lucha de nuestros abuelos contra los españoles. Las mujeres usan una pollera colorida hecha con retazos de tela; mientras que los varones se visten con trapos y suelen verse sucios, pintan sus caras de negro y van descalzos al son del tambor.

Cuando nos reunimos en familia, además de bailar congo, disfrutamos de la comida tradicional de Palenque: arroz con coco, pollo bañado en coco, pan bon y ricas cocadas. Además, mi familia cuenta anécdotas, historias de terror y de los sucesos en el pueblo.

Papá mencionó que una vez le salió una bruja. Él y mi tío iban a otro pueblo, llamado Miramar, a hacer algunas compras. Según su relato, escucharon un bebé llorando por el camino, quisieron saber más y se acercaron, vieron que era un perro que los persiguió hasta la casa. Papá dice que el perro era una bruja.

Hay muchos relatos que se dicen en mi pueblo. Además del propio viaje, es fascinante escuchar los cuentos de mi familia, muchos de los cuales pasan de generación en generación como una tradición oral que hace parte de nuestra historia y de nuestra identidad.