Mirando las fotos que he sacado a cada uno de los rincones donde he estado en Panamá descubrí que durante todos estos años he conocido 84 sitios turísticos del país. Pero en el carrete de mi teléfono uno me deslumbró más que todos los demás: el Fuerte Sherman. 

Este es, literalmente, un paraíso abandonado. 

Está ubicado en la provincia de Colón, aproximadamente a 1 hora con 20 minutos de la ciudad de Panamá. Es la entrada y salida de los barcos hacia el océano Atlántico, por eso está muy ligado al desarrollo del Canal de Panamá.

Fue construido por los Estados Unidos en 1911. Era una base militar y tenía varias funciones, entre ellas, la protección de la vía interoceánica, el entrenamiento de militares norteamericanos y la construcción de casas para que estos soldados pudieran residir.

El área era básicamente una selva, por lo que los estadounidenses se encargaron de derribar los árboles para que se pudiera construir el fuerte, una de las tantas bases militares que instalaron en el istmo. 

En el proceso de edificación, sectores no conformes con esto intentaron defender el lugar. Esto produjo que cuando se terminó, en 1912, aproximadamente diez mil soldados de la Fuerza Armada de los Estados Unidos protegieron este lugar para evitar más disturbios en el futuro. 

Sherman se mantuvo casi como si fuera un secreto hasta la entrega del Canal a los panameños el 31 de diciembre de 1999. Panamá tenía ideas vagas sobre las construcciones que se estaban generando por esos terrenos, ya que el lugar estaba dentro de la llamada zona canalera, de la que Estados Unidos tuvo absoluto control durante casi un siglo.

Desde la entrega del Fuerte Sherman no ha existido prácticamente ningún cambio positivo en el área. Todas las casas están agrietadas, hay restos de balas, sobras de otro tipo de armamento militar y además se encuentra mucha basura por todos lados. Varios inversionistas han querido intervenir en el lugar, pero ven que no es accesible puesto que la zona se ubica a una hora de la ciudad más cercana y la carretera está deteriorada.

En lo personal, siento que el sitio ha sido muy desaprovechado, considerando que podría ser una zona turística muy atractiva porque cuenta con hermosas costas de agua cristalina y una marea tranquila, algo poco común en las playas cercanas a la capital del país. Tiene un hotel, algunos restaurantes y una marina para naves de diversos calados.

Una de las muchas ideas para aprovechar la zona sería construir alojamientos para los turistas y locales que en sus vacaciones decidan alquilar, o quizás hasta comprar una casa de playa y ver los barcos ingresar al Canal de Panamá, lo que sería una experiencia única en la vida.

Un ejemplo de aprovechamiento de los recursos puede ser lo que se ha hecho con el Fuerte Amador (otra antigua base militar estadounidense), que actualmente es uno de los lugares turísticos más bonitos que tiene la ciudad de Panamá, ya que cuenta con zonas de pesca, restaurantes, zonas para ubicar yates, así como hoteles, entre otros atractivos. Lo realmente importante de sitios como estos son los increíbles momentos que pueden brindar al visitante nacional o extranjero.