Wendy, la mujer que superó las adversidades
Wendy era una niña amable y risueña. Se divertía jugando con sus hermanas en el jardín de su casa, soñaba con ser de mayor una exitosa profesional, tener un esposo e hijos para vivir feliz con su familia. Pero no todo fue como ella lo esperaba.
Creció hasta convertirse en una hermosa chica, muy dedicada a sus estudios. Un día una muchacha llegó al pueblo y se instaló como vecina de Wendy, quien luego de un tiempo le presentó a un joven que la visitaba.
Así fue como Wendy conoció al muchacho con el que se comprometió. En cuestión de meses ya estaba embarazada. Pero cuando le contó al chico, él huyó sin querer admitir responsabilidades con ella y el bebé en camino. Su corazón se quebrantó. Contó lo ocurrido a su familia, quienes la apoyaron.
Tuvo que dejar sus estudios para concentrarse en el bienestar de su criatura, hubo un tiempo en que se sintió muy sola e inútil, tenía la necesidad urgente de hacer algo, así que buscó un trabajo. Encontró uno de medio tiempo en un hotel, tuvo muchas amigas en su empleo, pero al parecer a la líder no le agradaba Wendy.
En cierta ocasión se encontraba limpiando el piso de una de las habitaciones cuando entró la mujer, esta vio fijamente el lugar y empezó a desordenar, tiró todo al suelo; después de dañar el trabajo hecho, dijo a Wendy, de forma prepotente: «Este cuarto está mal arreglado. ¿Qué rayos se supone que hiciste? ¡No arreglaste nada, todo está mal, vuelve a hacerlo!».
Cuando la mujer se retiró, Wendy empezó a llorar. Al escuchar esta historia me pregunté: «¿Cómo es posible que esa mujer le pudiera hacer eso a otro ser humano? ¿Cómo es posible que actuara de tal forma y sin compasión, viendo su condición de embarazada?».
Justamente, por su embarazo y su necesidad económica Wendy se vio obligada a seguir trabajando allí, hasta que renunció para dar a luz a su hijo.
El bebé nació con problemas respiratorios, los médicos le dijeron que era probable que muriera a los meses de nacido. Esta noticia la impactó a ella y al padre de la criatura. Para ese momento el hombre había regresado con ella, pues estaba ilusionado con ser papá, le prometió esta vez sí la apoyaría en todo lo que pudiera.
El tiempo pasó, la relación se formalizó y todo parecía bien encaminado hasta que él la engañó, lo que motivó una separación. Se divorciaron después de que tuvieron juntos tres hijos, y aunque esa ruptura le dolió mucho a ella, volvió a desmostar la firmeza de su carácter, dispuesta también a superar esta difícil etapa.
Ella continuó sus estudios y logró ser una exitosa abogada, un ejemplo para sus hijos. Cada vez que ve al mayor de ellos sonríe, pues es un milagro que esté vivo.
Wendy siguió adelante y es feliz junto a su familia, como lo soñó de niña. Ella agradece a Dios por todo lo obtenido, por darle las fortalezas necesarias para superar todas las adversidades, hasta sentirse feliz y realizada.