Era la paila más grande que había visto en su vida. Alrededor de ella, estaban los numerosos ingredientes que utilizaría, como si fueran provisiones para el fin del mundo. Para su receta, necesitaría más de 300 libras de arroz, pollo y vegetales. Así como galones de caldo, aceitunas y petit pois. 

En sus más de veinte años de experiencia culinaria como chef y repostera, Rachel Pol Policart había cocinado de todo. En octubre del 2019 ya había ganado el récord de hacer el patacón más grande del mundo; pero ahora, preparar un arroz con pollo en extraordinarias cantidades suponía toda una hazaña para ella.

La mañana del 26 de febrero de 2021 la acompañaba un equipo listo para la faena en el Complejo Deportivo Torrijos Carter. Rachel contaría con la ayuda de cinco colegas en la elaboración del pailón. No faltaron los inspectores del Ministerio de Salud, Bomberos y Policía, por precaución y seguridad. Era evidente que a Rachel no se le había pasado ningún detalle en cuanto a la logística de su proyecto. Pronto, se pusieron manos a la obra.

Lo primero que hicieron fue sofreír los vegetales picados y pedazos de pollo, que cubrieron el fondo de la olla. Luego de que estuvieron bien salteados, se añadió el caldo y cubetas tras cubetas de arroz blanco. Rachel y sus ayudantes se valieron de grandes mezcladores, que daban la impresión de ser remos, para revolver los alimentos uniformemente. Pese a lo extenuante que estaba resultando la tarea, el delicioso aroma los motivaba a continuar. 

A medida que los demás mezclaban y ella añadía los complementos (aceitunas, petit pois y sazonador), reflexionó sobre el propósito del proyecto. Consideraba que era muy visible la desigualdad en el distrito de San Miguelito: casas en pésimas condiciones que no estaban muy lejos de las mansiones lujosas. Por eso expandió la idea que inició con el patacón y decidió preparar otro platillo típico para alimentar a los que estaban en necesidad. Así, también aprovechaba para enaltecer la gastronomía panameña. 

Una vez agregada la salsa de tomate, el arroz fue adoptando su característico color dorado y se colocaron hojas de plátano encima para mantener su vapor. Mientras esperaban, Rachel empezaba a creer que con el embriagador olor que emanaba del pailón se podría alimentar al país entero por mucho tiempo.

Finalmente, las hojas fueron removidas y debajo quedó un apetecible arroz con pollo de aproximadamente 2000 libras. Con ayuda de doce voluntarios, se empacaron más de 3000 platos y fueron repartidos en distintos puntos del distrito. Hogares, albergues, hospitales, fundaciones e iglesias recibieron una porción del festín. 

Para la cocinera fue gratificante recibir como recompensa la alegría y emoción de los beneficiados, desde niños hasta adultos mayores. Rachel logró darle de comer a más personas de las que había pensado.

Entre la satisfacción, el orgullo y el cansancio, nuevas ideas ineludibles surgían dentro de su mente. Ya había hecho un patacón y un arroz con pollo gigante, así que, nada le impedía preparar otro emblema gastronómico de su país. De repente, se le antojó un sancocho y supo cuál sería su siguiente pailón.

1 comentario
  1. darivaschiru
    darivaschiru Dice:

    Me encantó que el Pailón de Rachel te sirviera de inspiración. Es una historia poco común. Te felicito por el trabajo.
    Para potenciar un poco más el texto quizás podríamos agregar unos detalles:
    Investigar en qué año se hizo el primer pailón (mes, idea inicial). Entiendo que lo primero que se hace es el patacón gigante. Puedes dar algo más de contexto con el patacón, dejando claro que ese proyecto no era de ella, sino que tuvo la oportunidad de ser parte de un equipo. Esto para entender mejor cómo se llega al arroz con pollo.
    Dar un plato de comida rico a miles de personas necesitadas ha sido el objetivo del pailón. Pienso que debes explicarlo con más detalle para destacar ese espíritu de bondad de la chef. Menciona las otras hazañas: El Hojaldretón, el sancocho gigante.
    Te invito a dar algo más de información de la trayectoria de Rachel como chef. Es muy reconocida desde mucho antes del Pailón. Sería bueno que presentes más de su recorrido en la gastronomía.
    Gracias por tu gran trabajo.

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