Rosa Elcibia Almanza González, conocida como Rosita Camarena, nació el 21 de julio de 1964 en la ciudad de Santiago, provincia de Veraguas. Madre amorosa, humilde y perseverante mujer de fe.
Por la naturaleza de su trabajo, formó a su hijo, que actualmente tiene 28 años, para que fuera independiente; así le inculcó realizar sus tareas solo y ella, cuando regresaba a casa luego de ocho horas de trabajo, supervisaba el trabajo de Abdul.
Encontró la inspiración y el apoyo necesarios en su familia, era una niña muy amistosa, tenía muchas ganas de estudiar, de salir adelante, de ser alguien en la vida para así ayudar a sus padres y hermanos.
Su vida no fue fácil, en casa eran de escasos recursos, pero nunca se acostaron sin comer; la superación era su meta principal. Fue educada en el cristianismo y en valores. Durante su juventud nació su vocación por la educación.
Realizó estudios secundarios en la Escuela Normal Superior Juan Demóstenes Arosemena, en Santiago (1980- 1983), lo que la acreditó como maestra de enseñanza primaria. Recibió el título de licenciada en Ciencias de la Educación, en la Universidad de Panamá (1998) y culminó sus estudios de postgrado en Educación, en la Universidad de Panamá (2000).
Se ha desempeñado como docente de primaria en la Escuela José Irene Muñoz, en la Isla del Rey San Miguel, archipiélago de las Perlas (1984); concursó para ser trasladada a la Escuela Villa Unida, Chilibre (1988). Por mutuo acuerdo ingresó a la Escuela República de Rumania, Gonzalillo (1992) y algunos años después (2000), fungió como subdirectora encargada.
En el período 2014-2019 ocupó el cargo de directora encargada. Con el Decreto 257 del Ministerio de Educación se le reconoció su arduo trabajo, esmero y dedicación en pro de la educación panameña como subdirectora en la Escuela Bilingüe San Juan Pablo Segundo (2022).
La vocación docente siempre está presente en todas las decisiones que se tomen antes, durante y después de hacerse profesor. Ante esto, Rosa afirma que una persona que tenga vocación sabe que la educación se puede mejorar y falta mucho por alcanzar porque la labor es por la niñez.
Todos tenemos derecho a acceder a una educación de calidad, a ser comprendidos, entendiendo que existen diversas formas de aprendizaje. Esto es algo que caracteriza a la maestra Rosa, por eso es un agente cambio, que afirma que con perseverancia y esfuerzos se logran las metas.
En la vida los anhelos se pueden alcanzar, y para ella es una gran satisfacción ver a cada uno de sus alumnos graduarse, ya sea de doctores, enfermeras, docentes, bomberos, secretarias, entre otros. Rosa Almanza sostiene que cada docente deja un granito de arena en sus estudiantes.
La experiencia profesional de Almanza es amplia, pues ha dedicado 35 años de su vida a responder esa voz, esa llamada, primero como docente (13 años) y luego como subdirectora (22 años). En su labor a cargo de la subdirección de la Escuela Bilingüe San Juan Pablo Segundo cumple funciones administrativas, trabaja incansablemente, maneja los problemas de disciplina de los estudiantes, visitas al salón de clase, en conjunto con los profesores para desarrollar el currículo escolar.
Todas estas razones me hicieron escogerla para mi relato. Es luchadora, la admiro, es mi tía, me quiere mucho y a mi hermanito también.