A pocos minutos del Casco Antiguo se encuentra la histórica avenida Central, una de las calles más remotas de la ciudad de Panamá, que antes tuvo un auge económico y cultural, pero hoy se encuentra descuidada. 

La Central fue el corazón del urbanismo durante el siglo XX. Había locales comerciales, bancos, restaurantes, almacenes y farmacias; por esta vía transitaban los populares Diablos Rojos.  Al principio era un espacio vacío, hasta cuando construyeron un parque con árboles y veredas; a partir de allí comenzaron a instalar tiendas por departamentos en el área.

También conocida como La Peatonal, la calle era visitada por locales y extranjeros; ahora solo es una vía de tránsito para llegar al Casco Antiguo o la Iglesia de Santa Ana. En el presente la zona luce abandonada y está afectada por la suciedad, los transeúntes encuentran a su paso mascarillas, bolsas plásticas, latas, plumas de palomas, cajas de cartón y enseres; hay edificios en mal estado que atraen roedores y crean olores putrefactos. 

Durante un recorrido que hice por la zona, los residentes comentaron estar preocupados por toda la basura acumulada durante varios años, un problema que no ha tenido solución.  “¿Qué impresión se llevan los turistas? ¡Toda la calle está sucia!”, dijo una persona que trabaja en el lugar. “Esta calle atrae los malos olores, tenemos que cerrar las puertas para que no entren las moscas. ¡No prestan atención a dónde vive la gente pobre!”, comentó una residente del sector desde el 2012.

La falta de conciencia, cultura y educación son algunas de las principales causas del estado de deterioro. El nivel de desechos que producimos se ha acelerado en los últimos años, pero no estamos dando una respuesta adecuada al problema. Las buenas costumbres vienen desde las casas, los padres tienen que enseñarles a sus hijos a recoger en vez de tirar. Sería ideal realizar campañas para concientizar sobre la disposición adecuada de los desperdicios en las escuelas, universidades, iglesias, empresas privadas e instituciones estatales, o simplemente multar a cada persona que arroje basura al piso. Además, las autoridades deben hacer su parte en crear sistemas de recolección eficientes y desarrollar estrategias para reciclar y aprovechar los desechos, como ocurre en otros países.

No solo las áreas urbanas, como la avenida Central, son impactadas por la suciedad. Estudios indican que la basura de las calles va a parar a los acueductos hasta llegar a los mares; es por ello que urge un plan piloto que ayude a mejorar la problemática.

Evitar arrojar desechos también se trata de tener sentido de pertenencia por lo nuestro. Es necesario fomentar cultura en la sociedad con campañas orientadas al cuidado, preservación y protección del patrimonio nacional, pues es parte de nuestra identidad, de la lucha de los caídos por defender nuestra bandera y de los lugares que representan la historia y diversidad de culturas y costumbres. 

Una avenida como la Central no puede quedar en el olvido. Es momento de crear conciencia, de adaptarnos a los cambios positivos que ayudan a lograr un mejor Panamá y devolver sus días de gloria a aquellos sitios que conservan la memoria de nuestro pasado.

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