El legado de una poetisa panameña

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Crecí escuchando a mi mamá declamar poesías, es algo que a ella le gusta mucho desde que era niña. Entre sus poetisas favoritas está Amelia Denis de Icaza, por lo que despertó en mí curiosidad y ganas de saber más sobre ella. Debemos tener muy claro que ya hace años que murió, pero no así su legado ni su obra.

Poetisa romántica panameña y la primera mujer en publicar sus versos en el Istmo, su obra se caracteriza por la sencillez con que expresaba sus sentimientos y su sentido social. Nació un 28 de noviembre, así como el día en que nuestro país se liberó del yugo español, solo que ella vino al mundo en 1836, quince años más tarde de tan gran acontecimiento. Murió a los 75 años, en tierras lejanas.

Ahora entiendo por qué impregnó dolor y rabia en la poesía favorita de mamá, “Al cerro Ancón”, aunque también le escribió a la patria entera, al amor de madre y al caudillo Victoriano Lorenzo.

Al leer el poema noté mucho cariño y nostalgia por su país. Así que quise investigar, descubrí que el sentimiento que le puso a su obra fue, precisamente, porque estuvo lejos de Panamá por mucho tiempo, debido a que desde joven se casó y se mudó a Nicaragua, y al regresar encontró que los norteamericanos tenían el control de una gran zona de su patria.

Amelia Denis de Icaza creció en el barrio de Santa Ana, por lo que podía ver desde su ventana a su tan amado cerro. Se educó a pesar de que este tema estaba destinado principalmente para los varones.

Esto me hace pensar que soy afortunada por haber nacido en esta época. Entiendo por qué dice mi mamá que estudiar es un privilegio que debemos valorar, sobre todo las niñas, ya que una mujer preparada tiene muchas ventajas y puede vivir libre de pensamientos e ideas, libre de reunirse con quien quiera, libre de decidir a quién quiere, libre de amar, ser amada y respetada. Como toda concesión conlleva responsabilidades, estamos obligadas a defender nuestros derechos y la mejor forma de hacerlo es estudiando, respetando y siendo mujeres de bien.

Pues bien, volviendo a nuestra heroína de las letras, Amelia Denis de Icaza, que estoy conociendo gracias a mamá, me doy cuenta de lo difícil que fue la vida para ella aun contando con privilegios por ser hija de un hombre ilustre, preparado con influencias. El escenario para ella fue limitado debido a la falta de apertura para las mujeres en la cultura. No quiero pensar qué sería de mí y de mi hermana gemela si viviéramos en esa época.

Tengo claro lo que dice mi mamá: «Las oportunidades se toman cuando se presentan y te llegan, porque luego es difícil que vuelvan». Como niñas y mujeres panameñas debemos agradecer a Dios por nacer en estos tiempos y en este bello país.

Lamentablemente, Amelia murió lejos de su tierra natal, el 16 de julio de 1911, en Managua, Nicaragua; pero gracias a sus poemas quedó inmortalizada en las letras panameñas.