El legado de nuestras abuelas
Es sorprendente ver cómo en el mundo de las celebridades existen polémicas por celos, adicciones, infidelidades, rupturas y divorcios; muchas se vuelven tendencia con historias que pasan del amor verdadero al odio más fuerte. Es triste pensar cómo gran cantidad de esas estrellas que nos hicieron soñar y que nos sintiéramos identificados profesionalmente con ellas, nos hacen recordar que los ricos y famosos también lloran.
Muchas parejas se ven ante el mundo como matrimonios perfectos, pero después captan la atención de sus seguidores cuando les dejan ver que detrás hay engaños y traiciones… Haciendo comentarios al respecto entre algunos miembros de mi familia interviene la tía Juana Jaén, mujer que ha sido ejemplo para todos. Ella nos relata la vida que ha llevado con tío Tule y nos dice que existen infinidades de relatos de amor y desamor.
Su largo matrimonio no ha sido perfecto. Uno de los conflictos que tuvo al ser ama de casa es que no recibía remuneración ni tampoco podía gozar de reconocimiento social. En aquel entonces estuvo clara de que nunca iba a tener vacaciones ni iba a ser despedida por parte de Tule en sus trabajos como maestra, cocinera, niñera, entrenadora y guardia…
Pero hay que luchar por preservar la unión. La tía Juana nos enseñó que es momento de que nuestros jóvenes sepan cómo lidiar con el demonio interior que los hace defraudar a sus parejas. Cada día nos incita a cumplir con rectitud, sinceridad y respeto las promesas hechas en el altar, tal como lo hacían las abuelas. Nos aconseja seguir ese legado, que seamos pacientes, convivir sin desviaciones hacia terceras personas y aprendiendo a satisfacer nuestros deseos y necesidades afectivas solamente con el otro.
También recuerda que la vida no siempre es color de rosa, que hay etapas en las que siendo jóvenes cometemos errores, pero hay que sobreponerse a las adversidades, saber dirigir nuestras conductas y combatir en todo momento con sana rebeldía.
¡Oooh! Me gusta aliarme con las personas mayores, porque siempre nos dan buenos consejos y nos relatan anécdotas que no es común escuchar entre muchachos de nuestra edad.
La tía Juana nos indicó que en el primer año de casados se cumple el aniversario de las bodas de papel; a los cinco años, las de madera; a los diez, las de aluminio; a los veinticinco, se celebran las bodas de plata; a los cincuenta, las de oro, etapa que actualmente ella está disfrutando en vida; y por último, las bodas de huesos, cien años después de haberse casado, llegar allá es lo que más desea, de lo contrario, descansaría con su amado por toda la eternidad.
Hagamos que nuestras generaciones sean ejemplos como la tía Juana, mujer trabajadora, madre de familia y ejemplo de amor y compromiso matrimonial.