«Sabía que me iban a disparar, pero no quise parar mi campaña (contra la influencia talibán y a favor de la educación). Estaba preparada para que me dispararan» (Malala Yousafzai).

Con este pequeño fragmento que la activista pakistaní escribió en su libro Yo soy Malala podemos tener una imagen completa del carácter de esta increíble joven quien, con apenas diecisiete años, cambió por completo su mundo y el nuestro.

Pero ¿quién es? ¿Por qué es tan importante? ¿En qué sentido transformó la sociedad? ¿Cómo lo hizo? Para responder a esto, tenemos que comenzar por el principio.

Malala Yousafzai nació el 12 de julio del año 1997, en el seno de una familia pakistaní. Cuando tenía diez años, un grupo de talibanes tomaron el control sobre su región. Ellos estaban convencidos de que las niñas no debían ir al colegio y su objetivo era excluir de forma sistemática a las mujeres y a las niñas de las principales actividades de la vida pública. Por estas creencias, Malala se puso en acción para defender sus propias convicciones y desde el inicio defendió el derecho a la educación de las niñas. «Mi objetivo es que la voz de las niñas sea escuchada», afirmó con firmeza durante una de sus intervenciones ante las Naciones Unidas.

A los once años comenzó a hacer diferentes campañas protestando por el acceso a la educación para las niñas, pero cuando tenía dieciséis ocurrió la tragedia.

El 9 de octubre del 2012, Malala regresaba de la escuela junto con dos amigas y estuvo a punto de perder la vida, un grupo de talibanes dispararon contra ella a quemarropa. Sus dos amigas resultaron heridas durante el ataque, pero la joven activista se llevó la peor parte, dos balas atravesaron su cabeza. Muy pocos pensaron que esta chica iba a poder sobrevivir, pero luego de siete días en coma, milagrosamente comenzó a recuperarse; los médicos estaban sorprendidos por su fortaleza y entereza.

“Los terroristas pensaban que podrían alterar mis objetivos y frenar mis ambiciones, pero nada cambiará mi vida excepto esto: la debilidad, el miedo y la desesperanza. La fuerza, el poder y el valor nacieron», declaró Malala tras recuperarse del atentado. Luego fue reconocida a nivel mundial como símbolo de la lucha por la educación de las mujeres”

Después de su recuperación médica, nuestra protagonista se trasladó a Europa y comenzó a hacer campañas de alcance global en defensa de los derechos de las niñas y las mujeres. Gracias a esto, en 2014, a la edad de diecisiste años, recibió el Premio Nobel de la Paz, convirtiéndose en la persona más joven en recibir este galardón.

Actualmente, Malala Yousafzai pasa sus días en Inglaterra o bien dando conferencias alrededor del planeta, continuando tan firme como siempre en su defensa por los derechos de las mujeres y las niñas. Esta reflexión lo deja claro: “Estoy entregada a la causa de la educación y creo que puedo dedicarle mi vida entera. No me importa el tiempo que me lleve. Me concentro en mis estudios, pero lo que más me importa es la educación de cada niña en el mundo, así que empeñaré mi vida en ello y me enorgullezco de trabajar en pro de la educación de las niñas”.