Lili, una dama ejemplar e inspiradora
Las personas suelen aprender a lo largo de su vida de muchas figuras femeninas que pasan a ser importantes en sus corazones y se convierten en fuentes de inspiración. Son mujeres con mucho potencial, que logran sobresalir en sus diversos roles; valiosas en sus carreras, con una merecida fama por su trabajo y su valor ante las adversidades.
¿Qué pasa con aquellos seres humanos menos conocidos? ¿Qué ocurre con los héroes anónimos? Es por ello que quiero hablar sobre las mujeres de mi familia y la manera como han logrado perseverar. Son madres solteras, fuertes y luchadoras, que sacaron adelante a sus hijos por encima de todos los obstáculos que debieron enfrentar.
Cada una de esas damas han sido valiosas y admiro todo el esfuerzo que ellas realizan. Por ejemplo, aunque mi madre me hizo una persona independiente, deseo hablar acerca de alguien en especial, Liliam, a quien más venero por la actitud que transmite por encima de todo lo que ha pasado.
La llamamos cariñosamente Lili. Siempre ha sido como una madre para toda mi familia y es la protectora de cada uno de nosotros. Ella ha sido ejemplar e inspiradora, es la más cariñosa y amable; ejerce lo que llamo una disciplina amorosa. Es mi mayor fuente de valentía cuando debo encarar situaciones adversas, ya que ha vencido dos veces el cáncer. Su historia está llena de emociones y retos, y es que, a pesar de haber sentido fuertes malestares, al principio ocultó sus dolores y sentimientos para no preocupar a nadie.
Cuando le diagnosticaron el cáncer, aceptó su realidad y siguió su vida con el apoyo de todos. Recuerdo que aquella noticia fue devastadora y triste. Estuvimos junto a ella en todo momento. Afortunadamente, venció el mal después de un intenso tratamiento. Pasaron siete años de calma, pero comenzó a sentir el mismo malestar y en el mismo lugar de su cuerpo; la enfermedad había regresado. Como la mujer fuerte que es, luchó, nunca perdió la fe y logró derrotarlo por segunda vez.
Aunque todo esto ocurrió durante mi infancia y mis recuerdos han sido pocos, este hecho marcó mis años de crecimiento. Lili me inspira y aprendí de ella a enfrentar problemas, enfermedades y situaciones duras de la vida, sin dejar de ser amable y amorosa, ya que aun cuando tenía dolores, siempre nos brindó su apoyo y nunca dejó de amarnos.
Aunque este texto habla de la mujer a quien más admiro, también quiero dedicar esta nota a todas aquellas damas que no pudieron vencer al cáncer y a sus familiares que las acompañaron durante la batalla para recuperar la salud. A todas les muestro mi respeto y solidaridad por tener la valentía para luchar contra una enfermedad mortal.