El barrio de La Ciénaga, un pantano medianero al ferrocarril de Panamá y cercano a la playa Peña Prieta en la bahía de Panamá, lugar actualmente conocido como avenida Balboa y la Cinta Costera, es el lugar donde todo ocurrió.
Estados Unidos y Panamá tienen muchas historias que contar, pero nada como el primer altercado entre ambas naciones. El suceso marcó la historia de Panamá y de él poco se habla: El incidente de la Tajada de Sandía ocurrido el 15 de abril de 1856, es de suma importancia para los panameños, pues fue el día que demostramos que no somos gente que se queda callada cuando algo nos disgusta.
Todo empezó cuando un estadounidense se negó a pagar cinco centésimos por un pedazo de sandía y la disputa terminó en una batalla campal que dejó 18 muertos y 28 heridos.
Pero nadie se pone a pensar en el trasfondo de esta historia. Los panameños estaban atemorizados, hasta cierto punto paranoicos, pues por la ciudad se rumoreaba que piratas llegaban a Panamá para conquistar la nación. El temor de los panameños los hundió en la desesperación y esto llevó a los sucesos de esa fatídica tarde.
Era un día tranquilo en el barrio de La Ciénaga, el lugar estaba lleno de pequeños puestos que vendían vegetales y frutas. José Manuel Luna estaba vendiendo sandías cuando Jack Oliver, un estadounidense quien estaba ebrio, se comió una tajada de sandía sin pagar y Manuel le reclamó diciéndole que debía pagar los cinco centésimos, pero este se negó amenazándolo con un arma de fuego. Los amigos de Oliver calmaron la situación y pagaron la cuota; sin embargo, no esperaban que el peruano Miguel Abraham se abalanzara sobre Jack, le arrebatara su pistola y saliera corriendo como si no hubiese un mañana.
Los latinos que veían cómo Oliver y su clan perseguían a Miguel, salieron en su defensa a pelear con los perseguidores del paisano. Pronto el lugar se convirtió en una batalla entre latinos y estadounidenses, no se sabía la razón, pero había rencor, pasión y un par de pistolas. Las autoridades tardaron alrededor de una hora y media en llegar. Ya era demasiado tarde…
Después del altercado, los heridos y familiares de los muertos estadounidenses mostraron quejas por los eventos sucedidos en Panamá. El gobierno de Estados Unidos, en compensación, le solicitó al gobierno de Nueva Granada del que Panamá formaba parte, más territorio y una suma de 412 mil 394 dólares como una paga por los daños causados. Además, firmaron un tratado que apuntaba a los norteamericanos como los ganadores del altercado.
Han pasado más de 166 años desde este terrible incidente, día en el que defendimos a nuestro Panamá con todo el orgullo, pero ese espíritu y pasión se ha ido desvaneciendo con las nuevas generaciones y, por ello, nosotros debemos prender esa llama nuevamente, revivir el fervor de defender nuestra patria y a las personas que pelearon por traer el honor. Debemos levantarnos, estar listos para las amenazas y enfrentarlas con valor.