Pionera de la antropología en Panamá

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Reina Torres de Araúz es considerada pionera de la antropología en nuestro país. En opinión del profesor Alberto Osorio Osorio, miembro de la Academia Panameña de la Historia, “es la panameña más extraordinaria del siglo XX”.

Fue autora de numerosos libros sobre estudios antropológicos, etnográficos y culturales. Elaboró más de 70 artículos históricos, ecológicos y antropológicos y ofreció un gran aporte a la cultura local.

Nació el 30 de octubre de 1932, en la ciudad de Panamá. Realizó sus estudios en distintos colegios como la Escuela Normal de Santiago, el Liceo de Señoritas y obtuvo su bachillerato en el Instituto Nacional de Panamá. Logró culminar un profesorado en Historia, una licenciatura en Antropología y un certificado de Técnica en Museos.

En 1957, a los veintidós años, comenzó su primer trabajo como antropóloga en el Instituto Indigenista Americano donde se dedicó al estudio de la mujer panameña. Redactó un libro llamado La mujer kuna. Pero hubo un cambio debido a que la letra K no existe en el abecedario guna. En 1958 publicó otra obra llamada América indígena, que habla sobre los indios chocoes de Darién.

Mientras investigaba sobre los originarios de aquella provincia, conoció al profesor Amado Araúz, se enamoraron y se casaron el 30 de diciembre de 1959. Tuvieron tres hijos: Oscar, Carmela y Hernán.

En 1960, Reina y su esposo organizaron una expedición que buscaba probar que el legendario tapón del Darién se podía atravesar con vehículos de motor. Se dedicó por meses a hacer investigaciones etnográficas sobre los chocoes de Darién y así poder escribir su tesis doctoral.

Para el año 1962 fundó el Centro de Investigaciones Antropológicas de la Universidad de Panamá. Su propósito era realizar estudios en todos los campos de la ciencia, aunque no contaba con suficiente personal ni presupuesto.

En esa época, Reina y sus alumnos iniciaron una investigación rigurosa utilizando datos etnográficos y culturales sobre varios pueblos aborígenes del país. Atravesaron los ríos Tuira, Bayano, Sambú y Chucunaque. En 1963 viaja a la Universidad de Buenos Aires, Argentina, para sustentar su tesis doctoral.

En 1965 creó en la Universidad Nacional las cátedras de Prehistoria de Panamá y Etnografía de Panamá. Luego la nombran directora del Museo Nacional de Panamá, en 1969, y empieza a hacer cambios positivos en la institución. También era funcionaria de la Comisión de Estudios Interdisciplinarios para el Desarrollo de la Nacionalidad. Estuvo encargada de la Dirección de Patrimonio Histórico del Instituto Nacional de Cultura, en 1970.

A sus 47 años, la Unesco la nombró vicepresidenta del Comité del Patrimonio. También fue la primera mujer en convertirse en miembro de número de la Academia Panameña de la Historia.

Es difícil enumerar todos los logros que la antropóloga alcanzó en sus 49 años de vida, pero es evidente que, para ella, rescatar el patrimonio era como el aire que respiraba, vivía para eso; si no lo hacía, se sentía muerta.

Reina Torres de Araúz fue una mujer de su tiempo que supo responder al momento histórico que le tocó vivir y que dejó para mi generación un ejemplo de tenacidad, responsabilidad, compromiso y amor por nuestra cultura, pero que desafortunadamente muchos han olvidado.

Cuando sea mayor, espero ser igual a ella.