Fue en tiempos de antaño, en 1895, cuando una pequeña niña mostró su cara al mundo. En ese momento nadie se imaginaba lo que ella haría en el futuro. Más allá de las ilusiones de los nuevos padres, ni ellos ni mucho menos aquella recién nacida sospechaban lo que pasaría años después. Corina Rodríguez López quedaría plasmada en la historia de Costa Rica, pero para saber esto necesitamos adelantar un poco el tiempo…

La joven había florecido y se convirtió en una mujer brillante, portadora de una nueva visión que le permitía analizar el panorama completo y la realidad de vivir en el país centroamericano siendo una mujer. Ella miraba con atención cómo las puertas que se abrían automáticamente para los hombres se cerraban de forma estrepitosa para las féminas. Observar que derechos tan fundamentales como el sufragio estaban sólo en manos masculinas le hacía hervir la sangre.

Por eso alzó su voz, cualquiera que la escuchaba quedaba pasmado con su gran facilidad para hablar frente a la multitud, siempre sazonando sus discursos con gran entusiasmo; por eso, en 1919, junto al país se rebeló valientemente contra la dictadura de Federico Tinoco. Participó en varias protestas con la esperanza de que la libertad volviera a reinar en su patria, fue exiliada y se marchó a los Estados Unidos; pero, lejos de derrumbarla, este hecho la impulsó a seguir estudiando y luego de unos años se graduó en la Northwestern University, en Chicago.

Cuando volvió, luchó por la enseñanza, convirtiéndose en la directora del Colegio Superior de Señoritas; además, fue profesora del Liceo de Heredia y de la Escuela Normal de Costa Rica. Sin embargo, esto no era suficiente para ella, sus preocupaciones sociales seguían atormentándola, quería hacer más, dejar un legado que inspirara no solo a las mujeres, sino también al país completo; entonces decidió fundar varias organizaciones, entre ellas Casa de los Niños, que aún sigue operando con el objetivo de ayudar a los niños a romper el ciclo de pobreza, a través de la educación, alimentación y todo lo necesario para que puedan salir adelante.

De forma paralela continuaba dejando su huella en el país, protestaba junto a muchas otras compañeras de la Liga Feminista Costarricense, como Ana Rosa Chacón y Carmen Lyra, con el fin de que el sufragio femenino dejara de ser un sueño y se convirtiera en una realidad. Sus pensamientos y opiniones se ven plasmados en sus poemas y aportes al país que, lastimosamente, muchas veces son olvidados y pasados por alto por la sociedad actual; por eso es importante que tú, que estás leyendo este texto, comprendas la importancia de no olvidar los hechos y reconocer los logros que las mujeres han conseguido. Y, ¿quién sabe?, quizá alguna de ellas te inspire para crear tu propia historia.