Dulce dedicación
Si hablas con Milka Aleida Rodríguez, te darás cuenta de que es una carismática señora a quien el buen carácter le sobra. Tiene 68 años, se dedica a su familia y reconoce que la cocina no es su pasión, pero asegura que su comida complace a quien la pruebe.
Ha hecho mucho por los demás, como organizar diversas fiestas navideñas para los niños de la Iglesia o ayudar a los pacientes de hemofilia, un trastorno hemorrágico hereditario en el cual la sangre no se coagula de manera adecuada.
Tuvo una hermosa infancia por allá por los años 1950, bajo el resguardo de su hermano mayor, Alejandro, debido a que sus padres tenían que trabajar mucho fuera de casa; la señora Lucía era enfermera y el señor Alejandro, comerciante.
Vamos a saltarnos varios años hasta llegar a finales de la década de 1970, cuando su primer hijo, Carlos, se golpeó jugando y un gran hematoma brotó de su frente, algo que nuestra protagonista no había visto nunca. Luego de ser examinado muchas veces, fue diagnosticado con la enfermedad de Von Willebrand, muy similar a la hemofilia.
Para estos mismos tiempos, con la reactivación de la Asociación Panameña de Hemofilia, de la mano de la doctora Bélgica Moreno, se comenzó a educar a los padres con hijos que padecían de esta afección. Ahí la señora Milka aprendió de sus mentores sobre la enfermedad que se había diagnosticado no solo a su primer hijo, sino también a su segundo retoño, Michael, y a ella misma.
Después de las capacitaciones de rigor, podemos destacar el arduo trabajo de esta dama junto con otros enfermos, familiares y personal de enfermería. Entre varias mujeres hicieron hasta lo imposible por llegar a personas con hemofilia a lo largo y ancho del país y protestaron ante las autoridades de turno para garantizar más medicamentos para aquellos pacientes necesitados. Luego de las manifestaciones, su voz fue escuchada y pudo tocar a los que toman las decisiones desde el Estado para lograr sus nobles objetivos.
Siendo promotora de la Fundación Panameña de Hemofilia, obtuvo diversos logros, como el de adjuntar al país a la Federación Mundial de Hemofilia, logrando un avance general en áreas como la adquisición de factores de coagulación.
Lastimosamente, luego de tanta lucha y logros, el esposo de esta dedicada señora fue diagnosticado con cáncer en el estómago y ella no pudo continuar con sus labores en la fundación que, poco a poco y con mucho trabajo, fue construyendo. Al día de hoy, mi querida abuelita Milka aún es muy apreciada por la comunidad de pacientes de hemofilia, así como por nuestra propia familia.
Hola, hermoso testimonio de tu abuela. Te detallaré a continuación algunas correcciones para mejorar la historia:
– Identifiquemos a la sra. Milka Aleida Rodríguez desde el primer párrafo. Te comparto un ejemplo: Si hablas con Milka Aleida Rodríguez, notarás de inmedito su carismática y que es una señora de 68 años que no le hace falta carácter… Es importante identificar al protagonista de nuestra historia desde temprano, para ayudar a ubicar el lector.
– Con una hermosa infancia por allá de los años 60, bajo el resguardo de su hermano mayor, debido a que sus padres: la señora Lucía, era enfermera en el San Fernando y el señor Alejandro, que era comerciaste ******************************** Aquí solo añadir el nombre del hermano de la sra. Milka.
– Luego de un tiempo de protestas, se hicieron escuchar hasta llegar a hablar con las autoridades y los profesionales de la salud, se reunieron con el vice-presidente, para así lograr su objetivo, mejor dicho, cabildeos. ********************* Aquí también identifiquemos al vicepresidente con el que se reunieron y también coloquemos una fecha, es decir, el año aproximado en el que esto sucedió.
– En el párrafo de cierre solo me hace falta saber qué hace tu abuela ahora, con 68 años. Al inicio del texto mencionas que se dedica aún a su familia, imagino que a su o sus nietos. Puedes agregar detalles al respecto. Gracias!