TEXTO CORREGIDO
Sherlys Athanasiades es una mujer que inspira: su niñez y adolescencia trascendieron siendo alguien que no era. Tuvo que luchar sin rendirse para alcanzar sus sueños. Hoy es reconocida como una mujer trans panameña, es decir, “nació con sexo masculino, pero desde muy temprana edad percibió su identidad de género como femenina”, de acuerdo a una nota publicada en el sitio web del periódico Mi Diario (2019).
Algo que siempre tuvo claro Sherlys desde niño, y que inició desde el momento que cumplió los dieciocho años, fue el interés de cambiar de nombre. Para lograrlo, recibió el acompañamiento y asesoría de la abogada Mónik Priscilla y el apoyo incondicional de sus padres, a quienes agradece infinitamente, pues reconoce que también enfrentaron momentos difíciles.
Es evidente la felicidad de esta joven a través de las siguientes palabras: “Es un día para agradecerle a Dios, primero que todo, por cumplir uno de mis mayores deseos, el cambio de nombre. Los sueños se cumplen, si te lo propones, todo se cumple. Desde hoy soy oficialmente Sherlys Athanasiades Serrano”, manifestó para Mi Diario.
Su valor superó discriminaciones y ofensas cuando logró convertirse en una mujer reconocida oficialmente por las autoridades panameñas y culminó satisfactoriamente todo el proceso de cambio de nombre en el Tribunal Electoral.
Sherlys es una mujer común que inspira e inspirará a muchísimas personas, no sólo en Panamá, sino en otras partes del mundo.
Este sería el segundo caso en Panamá en el que un trans ha logrado el cambio de nombre. Sherlys fue precedida por la modelo y activista de derechos humanos Candy Pamela González, quien logró este objetivo en el año 2016.
Según las leyes panameñas, el proceso puede ser solicitado si la persona comprueba que, por lo menos en los últimos cinco años, ha utilizado el que será legalmente su nuevo nombre. Los requisitos son claros y en nada hacen referencia a un cambio de sexo.
De este hecho nace en mí una interrogante: ¿Por qué hay que luchar y ser fuerte para poder expresar lo que eres? Algún día me gustaría poder ver un Panamá donde se respeten las diferencias individuales y la gente pueda expresarse con libertad, sin ser callado por quienes también tienen miedo o simplemente están en contra de lo que piensas.
Sigo buscando un Panamá donde dos personas con creencias completamente diferentes puedan convivir debajo del mismo techo sin tener que ofenderse.
Ansío un Panamá donde no exista la necesidad de esconderse, no solo por miedo a lo que te digan, sino por temor a las reacciones descabelladas de personas que escuchen tus ideas y no estén de acuerdo.
Por último, anhelo un Panamá donde la voz de los jóvenes sea tomada en cuenta y no tengan que esperar a ser adultos para que se validen sus palabras.