A nivel nacional es preocupante la manera en que la contaminación ha incrementado y dejado secuelas. Datos poco alentadores reflejan el peligro que enfrenta nuestro medio ambiente, especialmente por acciones del hombre. Hay que prestar atención y ponerse manos a la obra para evitar que este problema acabe con nuestro planeta Tierra y, por ende, con nosotros.  

Como consecuencia de la contaminación, existe una falta de tierras fértiles que limita nuestra capacidad de producir alimentos en mayor escala y sequías por uso excesivo de las aguas. Lo anterior está ligado a la sobrepoblación en áreas que ya no pueden brindar más recursos siquiera a sus mismos habitantes. Esta saturación es sobre todo causada por la migración de personas a lugares más desarrollados, que ofrecen mejores condiciones para vivir. Tanto la falta de tierras fértiles como las sequías inciden de forma negativa en el ámbito ganadero.

Causa demasiada angustia ver cómo nuestros compatriotas no toman conciencia en cuidar los recursos y evitar la contaminación, que se hace más latente en lugares con exceso de individuos.

Las autoridades deberían implementar proyectos que motiven a los habitantes a no tirar desechos por todos lados y generen conciencia del daño que puede ocasionar la contaminación a corto o largo plazo. Hay que tomar en serio el cuidado y la conservación del ambiente, que empieza por el hogar, porque allí es donde se fortalecen estos valores; luego entra en juego el apoyo de las instituciones académicas para que los futuros representantes del país no tomen por insignificante este problema ecológico, que nos consume cada vez más rápido como si de un virus mortal se tratara.

Acciones como la recolecta de basura en familia o con amigos, la siembra de árboles u otras plantas, donar dinero o mano de obra para organizaciones enfocadas en el cuidado de las áreas verdes, entre otras, son buenas ideas para empezar a motivar a los jóvenes. A cambio, el medio ambiente nos agradece brindando más sombra, brisa, luz saludable, agua pura y comidas nutritivas. 

¿Por qué le pagamos mal a la Tierra que nos da todo?  En lugar de aprovechar de forma sostenible los recursos que la naturaleza nos provee, solemos perjudicar al máximo todo lo que nos rodea. No es casualidad que seamos conocidos como los individuos andantes que más daño hacen a todos. Hasta a sí mismos. A lo que quiero llegar con mis palabras es que no se puede avanzar en la preservación del medio de forma individual, se requiere de unidad y compromiso de todos para lograrlo. Recordemos que pequeñas acciones, por más insignificantes que nos parezcan, suman y hacen el cambio.