De un desastre a reciclaje innovador
El miércoles 15 de junio tomé un autobús en Albrook. Mi reloj marcaba las 9:00 a.m., me dirigía a visitar a unos amigos en Arraiján. Ya en el camino, el tráfico era muy pesado, tanto que nuestro vehículo se detuvo por 25 minutos en Burunga. Mientras estuvimos allí, vi pasar a algunos camiones recolectores de desechos que se dirigían al vertedero de Cerro Patacón.
Sentí gran deseo de saber sobre esa empresa y, curiosamente, una señora elegante, quien viajaba a bordo del bus, quiso lucirse con todos sus conocimientos para esclarecer mis dudas. Dijo pertenecer al Ministerio de Ambiente y comentó sobre el mal manejo sanitario y ambiental que, junto con las elevadas precipitaciones del lugar generaba un caos, dado que allí se arrojan diariamente miles de toneladas de basura procedentes de la capital y sus inmediaciones.
No obstante, se hacen esfuerzos para mejorar esta situación, tal como indicó la mujer, pues la nueva administración usa innovadores métodos para mejorar el vertedero; además, busca unir esfuerzos para que las empresas y las comunidades adquieran una actitud consciente y responsable sobre el medioambiente.
Mi curiosidad me llevó a seguir investigando y pude descubrir que algunas empresas vieron como amenazas las nuevas estrategias implementadas por los administradores del vertedero; otras, como oportunidades, y esa fue la empresa Panamá Recycling, que utilizó como punto de partida un centro integral de reciclaje, que logró recoger hasta un 40%, de la cantidad de residuos reciclados procedentes del vertedero por medio del uso de tecnologías de última generación. Su personal recolecta, gestiona y reutiliza de forma sostenible los residuos de numerosas empresas, “lo que conllevaría al ahorro por concepto de importaciones para el país y empresas beneficiadas”, según informes de la Recicladora Nacional de Panamá.
En la dicha recicladora se separan los materiales reciclables procedentes de la recolección selectiva de envases (plásticos, metales y otros) y se recuperan como materias primas para posteriores procesos de producción. En dicha selección se combinan sistemas electrónicos, mecánicos y manuales.
La labor que conlleva hacer todo eso no es fácil para los recicladores, a quienes no se les reconocía su trabajo anteriormente, por lo que los responsables del cambio se dieron a la tarea de ayudarlos desde un enfoque socioeconómico y con mejores condiciones de trabajo, dotándolos de herramientas para mejorar la capacidad productiva y así incrementar el volumen de materiales reciclados, extraídos en menor tiempo, con menos esfuerzo.
Con la nueva dinámica laboral, más eficiente y humana, se ha logrado ir más allá de lo que se esperaba. Uno de los logros es el tratamiento y exportación de más desechos urbanos del sector privado, lo que ha contribuido en la construcción de un país limpio y más sostenible.