Las molas también son un arte
Las molas son un arte indígena muy hermoso, que te atrapa por sus tejidos y sus radiantes colores. Y no hay mejor lugar para entenderlas en su máxima expresión que al visitar el Museo de la Mola.
Este centro cultural es un proyecto que explica al visitante la importancia y la belleza de esta manifestación ancestral. Está ubicado en el Casco Antiguo de la ciudad de Panamá, en un edificio que parece una antigua casa europea. No importa dónde mires, siempre habrá una mola para contarte una historia: cómo fue creada, qué quieren decir sus diseños o el significado de sus colores. A veces las obras tienen animales, otras lugares o bien figuras mitológicas.
En mi recorrido admiré todas, pero me cautivó ver un mostrador en el que se exhibía el proceso de costura y transformación de las telas para llegar a sus luminosos estampados.
Las molas son una expresión del pueblo guna, uno de los grupos originarios del país. Estas obras de arte las cosen a mano, en paneles con diseños complejos y múltiples capas, con una técnica llamada appliqué inverso.
Una de las molas exhibidas daba pistas de cómo las hacen: tiene tres capas de telas, cada una con una función muy importante. La primera se usa de fondo y suelen emplear colores como el negro o el rojo vino, mientras que en la segunda cortan la forma que desean crear en la mola.
Ya en la tercera, los gunas cosen a mano pequeños pedazos de tela cortados con distintas formas y colores. Cada color utilizado tiene un significado: el rojo al planeta Tierra, el naranja a la sociedad y el amarillo refleja el sol y a la felicidad. Luego los tonos oscuros como el verde representan a la madre tierra; el azul al espacio cósmico y el morado a la ideología indígena.
Los gunas tienen tres formas de inspiración para las molas: la naturaleza, las formas geométricas y los símbolos.
Mirando todas las piezas de telas del museo fue inevitable comparar los colores de las telas con el óleo, la acuarela o el acrílico de los cuadros. Sus diseños se basan en bocetos hechos a lápiz. Pensé en ese instante que ese lugar estaba repleto de un arte único, hermoso y deslumbrante. Eso es la mola.