El cabello de la resistencia afro
Llevar el cabello natural puede ser más que una simple decisión estética para la población negra y llegar a convertirse en un acto de alcance político y cultural. Así lo reconocen líderes comunitarios, activistas, intelectuales y artistas afrodescendientes a nivel mundial.
¿¡Cómo son las personas capaces de avergonzarse de algo tan bello!? Esta es una duda que pasaba por mi mente desde pequeña, al escuchar a mis maestras quejarse de su pelo encrespado y decir lo mucho que querían hacerse un alisado. Ellas le llamaban “pelo malo” o crespo, cuando para mí era solo eso: cabello. No entendía esta situación, en especial cuando veía por las calles de Panamá que la mayoría de la población era afrodescendiente con características propias de la cultura.
Gracias a esas circunstancias, que tanta incomodidad me generaban, y a mis interrogantes decidí hablar con una de las afrofeministas y poetisas panameñas más influyentes en la actualidad: Jembell Chifundo, también fundadora de la página de ciberactivismo La luz de Frida.
Durante la entrevista, me percaté sobre muchos de los privilegios que tengo por lucir aquello considerado como cabello “normal” y la increíble historia que tiene la melena en esta cultura afro.
Jembell explicó la razón de la importancia del cabello rizado, sobre todo de las trenzas, así como todo el ritual en torno a este: un tiempo para compartir y conversar dentro de la cultura que va de madre a hija, de abuela a nieta, de tía a sobrina y hasta de padres a hijas.
Desde la colonización, a las mujeres afrodescendientes se les humillaba por su cabello, al punto de que era obligatorio ocultarlo con turbantes. En esa época hubo esclavitud y explotación de las personas negras, por lo cual muchas buscaban ser libres. Y, ¿cómo la conseguían? En sus cabellos las mujeres negras ocultaban semillas y tejían mapas que ayudaban a los esclavos a escapar para empezar una nueva vida en libertad.
Para las afropanameñas siempre ha sido un problema mantener esta parte de su cultura viva, debido a la falta de representación, aceptación y amor propio. Inclusive, no las contratan o le niegan el acceso a la educación, precisamente a causa de este pasado colonial que dejó una gran marca en su cultura.
Aunque durante los últimos años hemos visto cómo poco a poco esta parte tan importante de la identidad afrocolonial resurge y tiene más presencia en las calles, aún resta mucho camino por recorrer. Por eso decidí hacer este repaso sobre la historia y relevancia del cabello afro para las panameñas, un punto de partida para visibilizar a esta cultura tan importante, representada por unas 586 221 personas en el Istmo, quienes incluso hoy luchan contra las costumbres racistas de este país.
Somos un crisol de razas y no podemos dejar que tradiciones como el trenzado de cabello o el pelo afro se pierdan por ignorancia. No es solo cabello, ¡es un símbolo de resistencia!