Sello natural sin firma patrimonial
Te presento al cerro Cabra, catalogado como domo volcánico extinto, esto quiere decir que se formó por la lava, mas no por un cráter, durante el periodo cuaternario. Debido a su altura fue considerado como un punto de extracción de oro para los aborígenes del periodo Cubitá, quienes lo llamaron Jefe.
Declarado bajo acuerdo municipal como área protegida en el año 2012, se encuentra ubicado en la provincia de Panamá Oeste, distrito y corregimiento de Arraiján; colinda con los corregimientos de Veracruz y Cerro Silvestre. Su extensión es de 468 hectáreas y su altura aproximada de 512 msnm, tanto así que lo consideran como el pulmón verde de la zona.
Sorprendentemente, es el sello y la representación de las instituciones más importantes del distrito, entre ellas el Municipio, Consejo Municipal, centros educativos y organizaciones que operan dentro de la demarcación. Sin embargo, no es suficiente. Cada minuto que pasa las personas toman posesión de las tierras del cerro como si fueran dueños de sus recursos. Entonces, de nada vale que sea una insignia simbólica —y subrayo que es simbólica—, porque no hacen nada por conservarlo, protegerlo o regenerarlo, y esto ocasiona su desestabilización.
Es el punto natural más alto de Arraiján, desde su cima logras ver el cerro Ancón. Es el único altozano que divisa el Océano Pacifico y sus islas Taboga y Otoque. Además, puedes observar los dos enlaces que conectan con la ciudad de Panamá: el Puente Centenario y el Puente de las Américas.
Ahora que lo conoces, te invito a que nos hagamos estas interrogantes: ¿Por qué los arraijaneños no luchan por conservarlo? ¿Será que no conocen su valor cultural y ambiental?
Quiero contarte que, a pesar de ser fuente de vida para muchas comunidades, en sus faldas hay canteras de extracción de piedra caliza que ya llegaron a su límite, sin embargo, se les ha cedido más espacio para seguir explotando el recurso. Así, el cerro pronto morirá, las hojas de sus árboles se marchitarán, los animales migrarán o morirán con él y peor aún, el agua no fluirá y se perderá.
En el 2019 una pisada sacudió las tierras del cerro, avivó su color y le dio notas al canto de las aves. Una joven llamada Stefany Peñalba le devolvió la esperanza al lugar con la Fundación Alianza Verde por Panamá. Actualmente la organización se encuentra en el desarrollo de tres proyectos que buscan beneficiar a la comunidad por medio de la conservación ambiental. Primero, la regeneración cultural del agua; segundo, la reforestación, forestación y arborización de toda su extensión y zonas afectadas por el hombre, que busca fortalecer el afluente del agua; y tercero, el turismo regenerativo, donde los vecinos se transforman en guías locales.
Te invito a que conozcas la extensa riqueza biológica del cerro Cabra y los procesos sistemáticos que se interrelacionan en su extensión. A través de las giras que realiza la fundación junto a entidades afines tendrás la oportunidad de observar animales como el mono jujuná (especie en peligro de extinción), serpientes, tucanes, ranas cristal y otros que reposan en las sombras de los gruesos troncos de las especies endémicas. ¡Quedarás maravillado!