Panamá, el Singapur de América latina
La historia del Canal se remonta a la época cuando el rey Carlos V de España quiso una ruta canalera a través del Istmo, pero no fue hasta después de tres siglos que los franceses intentaron realizar este reto, en 1880, aunque las enfermedades y los altos costos provocaron que ellos cayeran derrotados. Hoy la vía interoceánica es una realidad que le ha dado trascendencia a Panamá a nivel mundial, y conocerla es más sencillo de lo que muchos piensan.
En 1903 Estados Unidos y Panamá firmaron un acuerdo para construir un canal interoceánico para el paso de barcos a través del Istmo. Por lo que los gringos compraron la empresa francesa dueña del Canal con sus propiedades por cuarenta millones de dólares. Ya desde 1903 Estados Unidos había invertido más de tres mil millones y recuperado dos tercios.
El 31 de diciembre de 1999 Panamá asumió el cargo total del Canal, así como las áreas aledañas, en cumplimiento de los tratados suscritos en 1977 entre el jefe de Estado panameño, el general Omar Torrijos, y el presidente de Estados Unidos, James Carter.
El beneficio que consiguió Panamá gracias a la vía interoceánica fue muy grande, tanto que hoy es el país de Latinoamérica con mayor crecimiento económico y el más próspero a futuro.
¿Lograste adentrarte un poco en este hecho histórico tan importante? Pues ahora me pregunto: ¿Por qué la mayoría de los panameños no disfruta de semejante atractivo? Es posible ver y apreciar la historia de este recurso que identifica a Panamá en el mundo. No hay excusa para no pasar un fin de semana en familia y ver la travesía de buques y yates en el Centro de Visitantes de Miraflores. Además de observar los barcos en su paso por el Canal, allí se puede escuchar a los guías diciendo información interesante y describiendo los tipos de embarcaciones; también es un lugar ideal para tomar hermosas fotos de las esclusas y el paisaje.
Al llegar al Centro hay un dato que resulta importante: el costo de la entrada a las instalaciones para nacionales es bastante accesible para la gran mayoría de la población, pues esa cantidad (desde $1,50 hasta $3,00) a veces la gastamos en actividades que no instruyen o edifican.
Durante mi visita pude vivir experiencias maravillosas de un sitio tan histórico, como aprender todas las dificultades que se vivieron para crear el canal interoceánico, poder ver los planos y cómo estos iban evolucionando, lo cual me trasladó a esa época y me sumergió en la biodiversidad. A su vez logré conocer el funcionamiento de una manera didáctica y entretenida.
Eso sin dejar de lado la fantástica galería de fotos, que da fe de todo lo acontecido allí, de cómo era ese espacio antes de crear una obra maestra tan grande y con un alto nivel de importancia a nivel global.
Anímate a disfrutar y ser partícipe de la historia canalera, contemplar esta magia de la ingeniería moderna. Y es que al ver cómo el nivel de las aguas sube y baja en las esclusas para mover barcos gigantescos y ahorrarles semanas o meses de navegación, seguramente coincidirás conmigo en que es algo maravilloso… ¡hasta mágico! Es importante que lo disfrutes y lo exhibas en tus selfis o en fotos familiares. Es hora de que dentro de la planificación de vacaciones en familia incluyas ir al Centro de Visitantes de Miraflores. ¡No te arrepentirás!