La mujer de la física
TEXTO CORREGIDO
Como una semilla que recibe los primeros rayos de sol y germina, la pequeña de seis años —mi madre— conocía la suma, la resta, lectura silábica y escritura gracias a las enseñanzas de la señora Judy, mi abuela.
En 1978 inició estudios primarios y durante esta época tuvo maestros inspiradores que detectaron su talento para las ciencias exactas, en especial para materias como Matemáticas y Ciencias Naturales. Era la tutora de sus compañeros.
Al completar la primaria, ingresó al Instituto Justo Arosemena, centro educativo de carácter privado en donde, por su alto nivel académico, saltó del primer año al tercero de secundaria cursando las materias básicas en dos meses intensivos. Terminó el bachiller en Ciencias a los 15 años. Debo mencionar que son muy pocos los centros educativos que se dedican a fortalecer y reconocer el desempeño estudiantil, lo que se conoce como altas capacidades.
Concluida la secundaria, le ofrecieron la oportunidad de estudiar en la Universidad Tecnológica de Panamá dos carreras seguidas: Ingeniería Industrial y Docencia en Física. A este nivel le representó un reto identificar las carencias de algunos estudiantes universitarios y el hecho de que había pocas mujeres dedicadas a dichos campos. Sin embargo, esto no fue obstáculo y culminó ambas profesiones exitosamente. Esta fue la llave maestra que le permitió iniciar una nueva historia en este campo. A partir de aquel momento empezó a laborar en distintos planteles educativos de la región metropolitana.
Reconocida por su trabajo, obtuvo una beca de excelencia para un postgrado en Enseñanza de Ciencias por Indagación, avalado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT); se graduó con el primer puesto de honor. Al culminar estos estudios especializados participó, durante un periodo de tres años, en la preparación y acompañamiento de educadores de nivel primario para aplicar estrategias indagatorias a los chicos, desde preescolar hasta séptimo grado, que permitieran mejorar el proceso de enseñanza- aprendizaje de las ciencias.
Actualmente continúa su desarrollo profesional cursando una especialización en Enseñanza de la Física, con una beca de excelencia por SENACYT y a la vez dedica tiempo a su hogar y a su trabajo docente a través del cual impulsa el desarrollo de las ciencias siendo tutora de proyectos científicos.
Durante la pandemia aplicó herramientas TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación) para hacer interactivas las clases virtuales y fortaleció su formación integral con un diplomado en Inteligencia Emocional. A la vez, mantuvo activos a los estudiantes promoviendo y dando seguimiento a los proyectos innovadores que surgieran para concursar y desarrollar talentos, habilidades y destrezas científicas.
Considero que la mujer de la física, mi progenitora, es una mente brillante con corazón de oro, fuente de inspiración y una de las mejores docentes de nuestro país.