La maestra de Guatemala
Me despertó doña Elsa. Eran las tres y media de la mañana, los pájaros aún esperaban el alba y los gallos meditabundos todavía decidían si perturbar la paz de la clase social más trabajadora, pero más olvidada de todas. Era lunes, y como había sido costumbre para doña Elsa, en los últimos quince años, saldría […]